domingo, noviembre 30, 2008

Otros 30 años

En estos días se cumplen 30 años del casi conflicto entre Chile y Argentina por una serie de islas (Picton, Lennox y Nueva) en el límite sur del mundo.

La guerra que no fue, que pudo haber antecedido a la de Malvinas, con inesperados resultados. Se dice desde aquí que Chile estaba mejor preparado y que podría haber invadido la Patagonia, que sucesivos gobiernos argentinos habían dejado mal defendida y con mala infraestructura. Curioso caso en el que el estúpido orgullo argentino reconoce algo.

El conflicto se saldó, afortunadamente, con la mediación del Papa Juan Pablo II, quien fue aceptado por los gobiernos chileno y argentino (los dos muy buenitos y católicos, que se habían cansado de matar a todo lo que pareciera zurdo). En el arbitraje, el pontífice otorgó las islas a Chile, quien desde entonces mantiene su soberanía en la zona.

Existe una película chilena sobre el tema, llamada Mi mejor enemigo, de la cual tuve el honor de ver, en parte. La agarré empezada y me atrapó; me gustaría verla de nuevo desde el comienzo. Cuenta una historia simple de dos patrullas, una argentina y una chilena, perdidas en el mismo lugar y en la misma situación: cuidar de un pedazo abandonado del mundo, siendo vecinos y enemigos. Muy humana y muy latinoamericana. Muy recomendable; pueden saber más en el enlace.

Encuentro ahora en Clarín una nota bastante tonta, típicamente argentina. Deploro su tono patriotero y sus acusaciones veladas (Chile puede hacer con sus islas lo que quiera, para eso son suyas), pero tiene algunos datos interesantes sobre el casi conflicto. Que, espero, nunca vuelva a repetirse.

martes, noviembre 25, 2008

No hay uno sin dos

Después de mucho tiempo sin salir de caza, fui a mi librería de usados preferida, ahí donde he encontrado la mayoría de mis joyas. En realidad iba a pagar deudas, pero al llegar y descubrir que alguien (o alguienes) se habían desprendido de una pequeña biblioteca militar, me tuve que llevar algo.

La mayoría de los libros, si bien baratos, estaban fuera del alcance del dinero que tenía en el bolsillo. Así que, ante la necesidad obsesiva y lógica, compré El Graf Spee en el mar, de Kiel a Punta del Este, de Gerhard Harmuth y Georg Schwalbe.

Conocía el libro por Internet, pero no suelo comprarlos porque el envío los encarece. Hice bien. Me salió solo 9 pesos (3 dólares, al cambio actual), de los cuales 6 fueron por canje de otros libros. Una verdadera ganga.

Escrito por dos tripulantes del acorazado de bolsillo, la particularidad del libro es que de sus tres ediciones, las dos primeras son de 1954!!!. La tercera es de 2005, así que ya veo por qué es difícil de encontrar y no lo había visto antes "en persona". Está apenas golpeado y con el deterioro normal de un libro con un par de años de manoseo cotidiano, así que tampoco compré un despojo. Me encantará leerlo ahora que el libro que estaba siguiendo no puede viajar conmigo en colectivo.

Después partí para otra librería rosarina de saldos. Ese era el verdadero objetivo del día, al cual llegué todo transpirado y agotado por la mañana de sol. Y encontré lo que buscaba, aunque un poco más caro: B-26 Marauder, Caballo de batalla" de la Novena Fuerza Aérea. De la colección Aviones en combate.

Tengo varios de esa colección, que me gustan porque combinan el detalle con la portabilidad, las anécdotas con lo técnico e histórico. Por meses vi descender lentamente la pila de estos libros. Lo busqué y como a primera vista no lo encontré, pensé que ya no quedaba ninguno y estuve a punto de llevarme otra cosa. Pero al revisar una pila de revistas descubrí este último ejemplar, machucado en la tapa; de todas maneras yo soy de los que gustan adoptar cachorros abandonados. Y si bien habían aumentado un poco de precio (13 pesos en lugar de 9), seguía siendo relativamente barato.

Así que ya tengo nuevo material de lectura. Como extrañana el placer de la caza.

domingo, noviembre 23, 2008

Quantum of solace

Tengo varias maneras de comenzar con esto.

No soy de ver películas de Bond.

No vi Casino Royale, no entera, pero lo que vi me gusto. Y me dijeron que era muy buena. Fuentes muy confiables.

Así que, con dinero y tiempo libre por primera vez en un tiempo, fui.

Tal vez me terminó de convencer el poster, en el que Daniel Craig carga un MP5SD, que llama bastante la atención.



No me importó que no lo use más allá de la secuencia de inicio.

La verdad es que me resultó una película muy buena. Todos me dicen que las anteriores, las de Pierce Brosnan, pecaban de ser demasiado dependientes de los aparatitos y todo eso. Y es verdad, recuerdo haber visto partes de varias.

Aquí (como en Casino Royale, calculo) la fórmula es más piñas, más tiros de pistola, pero también más profundidad, tanto en los personajes como en la trama.

No doy spoilers, aunque me gustaría. Solo digo que es una película políticamente picante, que reconoce muchas mierdas del mundo del espionaje y la política internacional.

A eso se le suman buenas actuaciones (Craig es excelente, y lo podemos ver en películas nada violentas como Copenhague), buen guión, buena edición y dirección... Y una acción más que trepidante y vertiginosa.

¿Los aparatitos? Quedan en el olvido. Puro Bond duro, seco, frío. Pero que parece derretirse un poco. Más humano, dicen. Eso es bueno. Espero que sigan haciéndolas así. Que la influencia Bourne siga flotando por ahí

viernes, noviembre 21, 2008

Así que era cierto

Desde hace años tengo por cierto, y no sé dónde lo he leído, que Hitler solo tenía un testículo.

Ese dato, tan particular. Y después la gente dice que no es morbosa ni chismosa. ¿Qué carajo me importan los testículos de Hitler?

Nadie debería saberlo, ni a nadie debería importarle.

El hecho es que lo sé, pero no sabía que era por una herida durante la Gran Guerra. Ahora, todo apunta a que el rumor (que yo ya tenía por cierto) era realidad. A Hitler la guerra le costó un huevo.

No no, no estoy siendo una mala persona. Es el título del diario Crítica al respecto. Debemos excusarlos por el mal gusto, pero es que son irónicos. Es un diario argentino muy particular, gracias al humor de su fundador y director, Jorge Lanata.

Me quedo con dos cosas.

Por un lado, la absurda creencia de que se puede psicoanalizar todo, por la cual, he leído, la culpa del Holocausto pareciera estar en esa bala casi (no lo suficientemente) mortal. Por lo que he leído, ya tenemos bastante para analizar en la niñez y adolescencia de Adolf...

Por otro lado, el feo remordimiento del médico al desear haber dejado morir a ese bastardo malnacido. Hace pensar sobre cómo uno toma decisiones sin conocer el verdadero alcance.

Da miedo.

jueves, noviembre 13, 2008

Recuperaciones milagrosas

Hace unos días veía el colmo de la restauración de vehículos militares abandonados.

Si te sorprendió el T-34 que se encontró hace un tiempo, enterrado en lodo en Europa Oriental, esto también es de antología.

13 tanques M3A1 Stuart, que fueron vendidos por EEUU a Brasil después de la guerra, fueron encontrados en este país en manos de un granjero, que los había comprado cuando el Ejército Brasilero los dio de baja. Así como suena.

Me he enterado por el Círculo Trubia, a donde puedes ir para ver los vehículos en cuestión.

La verdad es que uno no sabe si alabar la suerte del tipo que los encontró (y los vendió a una empresa líder de recuperación y restauración de vehículos históricos, la cual se hará una pequeña fortuna) o las leyes brasileras que permiten que un tipo cualquiera se compre 13 tanques así como así. Enhorabuena por otra parte de la historia bélica que no se pierde.

martes, noviembre 11, 2008

90 años del fin de la Gran Guerra

Con tanto barullo en mi vida reciente había olvidado la efeméride. Se cumplen hoy 90 años el final de la que, entonces, fue la guerra más sangrienta de la historia moderna, y no por nada fue apodada Gran Guerra (hasta que vino otra mayor, y allí pasó a ser la Primera Guerra Mundial).

La curiosidad viene del hecho de que era el 11 del 11 (noviembre) de 1918, y el alto al fuego entraba en rigor a las 11 horas. Es decir, a las 11 del 11 del 11. Tal vez como ejercicio mnemotécnico, para que nadie se olvidara y siguiera con el dedo en el gatillo.

Los libros de historia dicen que Alemania (y sus aliados) perdieron, pero tal vez es más justo decir que en realidad fue un gran empate constante, debido a la estupidez supina de ambos bandos, que no querían cambiar las tácticas tradicionales, las cuales eran obsoletas gracias a los enormes avances tecnológicos: avión, tanque, ametralladora, submarino, telégrafo y un largo etc.

De hecho, cuando Alemania se rindió el pueblo alemán no comprendió por qué, ya que ellos consideraban (propaganda aparte) que estaban ganando. Este sentimiento de que habían sido traicionados por sus gobernantes, sumado a las condiciones humillantes puestas por los ganadores (las cuales se hicieron más humillantes con la Gran Depresión), fueron el perfecto caldo de cultivo para los nazis, años después. Sobraban las excusas y los culpables.

Dejo enlace, para ser justo, con el artículo de Microsiervos que me recordó la fecha. Para los que quieran aprender algo más de tamaño acontecimiento, pueden consultar la entrada de la Wikipedia en castellano que allí aparece.

lunes, noviembre 10, 2008

Otro misterio de la Segunda Guerra Mundial

Me encuentro hoy con la noticia de que las autoridades polacas exhumarán los restos del jefe de las Fuerzas Armadas (muerto) durante la II Guerra Mundial.

Para los no tan entendidos de esa época, resulta que el general Wladyslaw Sikorski, primer ministro en el exilio de dicho país (el primero ocupado por la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial), falleció en un miserioso accidente el 4 de julio de 1943.

No era un oficial más. Los polacos eran uno de los principales contingentes de "refugiados" que, desde Inglaterra, luchaba para recuperar su país. Muchos habían huido, antes o después de estallar la guerra, y estaban muy motivados. De allí que Sikorski fuera alguien importante, como líder de todos ellos, tanto en el plano político como en el militar. Los ingleses lo tenían en gran estima y como cabeza de estado aparece en muchas fotos con Churchill, Roosevelt, De Gaulle, etc.

Sin embargo, en esa fecha el general abordaba un avión en Gibraltar, el cual se estrellaba al poco tiempo en el Mediterráneo. Nadie nunca supo bien por qué.

Recuerdo que cuando me enteré de este poco conocido episodio de la historia bélica, me llamó mucho la atención. No fui el único. Por años y años, la misteriosa desaparición de Sikorski alentó todo tipo de conspiraciones y excusas.

Había sobrevivido ya a un atentado fallido (el culpable fue arrollado misteriosamente por un camión) y a un incidente de despegue que pudo haber sido un sabotaje (los motores fallaron durante el despegue). En ambos casos, se trató de viajes de ida hacia territorio estadounidense, lo cual alienta las ideas de los que no creen en las coincidencias. Sikorski iba a conferenciar cada tanto con Roosevelt para evitar que los Aliados "vendieran a su país" a la URSS a cambio de otros favores.

Unos culpan a los soviéticos, ya que por ese entonces la URSS estaba de malas con el gobierno polaco en el exilio por el tema de la masacre de Kaityn. Otros acusan a polacos descontentos con Sikorski, ya que muchos decían que era demasiado blando en sus reclamos de integridad territorial para la Polonia dividida. También estaban los ingleses, quienes tenían sus motivos, y hay quienes mencionan la misteriosa cartera llena de documentos del general (que fue recuperada del accidente y nunca más se volvió a ver).

El hecho es que, a poco de despegar de Gibraltar, el avión se estrellaba, pereciendo casi todos (incluyendo la única hija del general, Zofía, que era también oficial del ejército polaco). Sobrevivió solo el piloto, en el cual el general confiaba totalmente.

Se recuperaron casi todos los cuerpos, a excepción del de Zofía y tres más, y también gran parte del fuselaje y de los efectos personales de los pasajeros. Estos incluían desde papeles diplomáticos de todo tipo hasta supuesto contrabando de materales racionados (alimentos y otras cosas, en grandes cajas). Sin embargo, por motivos diplomáticos no se le realizó una autopsia al cuerpo del general, el cual fue transladado en un doble féretro y enterrado en Inglaterra. Volvió más adelante a su suelo patrio, y es ahora que, descansando en una catedral de Cracovia, se acordó exhumarlo para realizar estos exámenes.

Ninguna luz se ha lanzado sobre todos estos misterios. Las dos comisiones inglesas que en la época del accidente lo investigaron, no llegaron a ninguna conclusión. Así como no se sabe a ciencia cierta la causa de la muerte del general (aunque esta pueda resultar obvia, el trámite de la autopsia es importante), hubo numerosos fallos en los procedimientos de seguridad. Algunos son atribuibles al piloto, como el exceso de peso, mientras otros tienen que ver con la seguridad en pista. Para nombrar solo dos, se encontró una maleta misteriosa cerca del avión, y también se supo que dos personas ingresaron a él sin estar debidamente autorizadas. El piloto dio una excusa muy extraña para la maniobra que realizó antes del amerizaje forzoso, y sus declaraciones eran confusas. Por si esto fuera poco, hubo testigos que no fueron citados por ninguna de las comisiones.

Realmente da para pensar en algo raro. De hecho, lo insólito es no la noticia en sí, sino que no se haya hecho algo antes. ¿Se resolverá uno de los grandes misterios de la Segunda Guerra Mundial? Probablemente no, pero espero que se eche algo de luz en los bordes del mismo. Sigo creyendo que son tiempos interesantes para un aficionado a esta parte de la historia, ahora que podemos ver hacia atrás y descubrir los hilos que movían todo.