lunes, noviembre 10, 2008

Otro misterio de la Segunda Guerra Mundial

Me encuentro hoy con la noticia de que las autoridades polacas exhumarán los restos del jefe de las Fuerzas Armadas (muerto) durante la II Guerra Mundial.

Para los no tan entendidos de esa época, resulta que el general Wladyslaw Sikorski, primer ministro en el exilio de dicho país (el primero ocupado por la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial), falleció en un miserioso accidente el 4 de julio de 1943.

No era un oficial más. Los polacos eran uno de los principales contingentes de "refugiados" que, desde Inglaterra, luchaba para recuperar su país. Muchos habían huido, antes o después de estallar la guerra, y estaban muy motivados. De allí que Sikorski fuera alguien importante, como líder de todos ellos, tanto en el plano político como en el militar. Los ingleses lo tenían en gran estima y como cabeza de estado aparece en muchas fotos con Churchill, Roosevelt, De Gaulle, etc.

Sin embargo, en esa fecha el general abordaba un avión en Gibraltar, el cual se estrellaba al poco tiempo en el Mediterráneo. Nadie nunca supo bien por qué.

Recuerdo que cuando me enteré de este poco conocido episodio de la historia bélica, me llamó mucho la atención. No fui el único. Por años y años, la misteriosa desaparición de Sikorski alentó todo tipo de conspiraciones y excusas.

Había sobrevivido ya a un atentado fallido (el culpable fue arrollado misteriosamente por un camión) y a un incidente de despegue que pudo haber sido un sabotaje (los motores fallaron durante el despegue). En ambos casos, se trató de viajes de ida hacia territorio estadounidense, lo cual alienta las ideas de los que no creen en las coincidencias. Sikorski iba a conferenciar cada tanto con Roosevelt para evitar que los Aliados "vendieran a su país" a la URSS a cambio de otros favores.

Unos culpan a los soviéticos, ya que por ese entonces la URSS estaba de malas con el gobierno polaco en el exilio por el tema de la masacre de Kaityn. Otros acusan a polacos descontentos con Sikorski, ya que muchos decían que era demasiado blando en sus reclamos de integridad territorial para la Polonia dividida. También estaban los ingleses, quienes tenían sus motivos, y hay quienes mencionan la misteriosa cartera llena de documentos del general (que fue recuperada del accidente y nunca más se volvió a ver).

El hecho es que, a poco de despegar de Gibraltar, el avión se estrellaba, pereciendo casi todos (incluyendo la única hija del general, Zofía, que era también oficial del ejército polaco). Sobrevivió solo el piloto, en el cual el general confiaba totalmente.

Se recuperaron casi todos los cuerpos, a excepción del de Zofía y tres más, y también gran parte del fuselaje y de los efectos personales de los pasajeros. Estos incluían desde papeles diplomáticos de todo tipo hasta supuesto contrabando de materales racionados (alimentos y otras cosas, en grandes cajas). Sin embargo, por motivos diplomáticos no se le realizó una autopsia al cuerpo del general, el cual fue transladado en un doble féretro y enterrado en Inglaterra. Volvió más adelante a su suelo patrio, y es ahora que, descansando en una catedral de Cracovia, se acordó exhumarlo para realizar estos exámenes.

Ninguna luz se ha lanzado sobre todos estos misterios. Las dos comisiones inglesas que en la época del accidente lo investigaron, no llegaron a ninguna conclusión. Así como no se sabe a ciencia cierta la causa de la muerte del general (aunque esta pueda resultar obvia, el trámite de la autopsia es importante), hubo numerosos fallos en los procedimientos de seguridad. Algunos son atribuibles al piloto, como el exceso de peso, mientras otros tienen que ver con la seguridad en pista. Para nombrar solo dos, se encontró una maleta misteriosa cerca del avión, y también se supo que dos personas ingresaron a él sin estar debidamente autorizadas. El piloto dio una excusa muy extraña para la maniobra que realizó antes del amerizaje forzoso, y sus declaraciones eran confusas. Por si esto fuera poco, hubo testigos que no fueron citados por ninguna de las comisiones.

Realmente da para pensar en algo raro. De hecho, lo insólito es no la noticia en sí, sino que no se haya hecho algo antes. ¿Se resolverá uno de los grandes misterios de la Segunda Guerra Mundial? Probablemente no, pero espero que se eche algo de luz en los bordes del mismo. Sigo creyendo que son tiempos interesantes para un aficionado a esta parte de la historia, ahora que podemos ver hacia atrás y descubrir los hilos que movían todo.

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