jueves, diciembre 31, 2009

De Hitler, nada de nada

Por décadas, muchos especularon con que Hitler había tenido un final diferente del que contaba la historia oficial. Según numerosos testigos presenciales, tanto él como su amante se habían suicidado, y él había dado órdenes previas de que su cuerpo fuera totalmente destruido para evitar que fuera capturado por los soviéticos. En su memoria estaba fresco el brutal maltrato que el cadáver de su colega Mussollini y el de su amante habían recibido en Italia, después de ser muertos en la horca.

Siguiendo sus órdenes, los dos cuerpos fueron cremados improvisadamente en una fosa rellenada con combustible, mientras las últimas bombas soviéticas daban fin a la guerra. El lugar, a pocos pasos de su bunker personal, fue luego rellenado con tierra. Igual suerte corrió su ministro de propaganda Goebbels, su esposa y sus hijos, asesinados por la pareja en una de las últimas tragedias de la guerra.

Al llegar las tropas soviéticas a Berlín, muchas acontecimientos quedaron en el secreto absoluto, o en uno borroso. Se manejaron numerosas hipótesis que decían que Hitler no había muerto y había escapado, con o sin la connivencia aliada, a Argentina o a Suiza. Todas estas teorías de conspiración tenían poco sustento, y estaban basadas en testigos poco confiables, suposiciones sobre textos ambiguos o cualquier otra cosa: el asunto central era que el cuerpo de Hitler nunca había aparecido. Los testimonios de la secretaria de Hitler (sobre los cuales se hizo un documental y se basó la célebre película La caída, que relata los últimos días de la Alemania Nazi) y de muchas otras personas eran sólidos, pero la realidad era que difícilmente todo el cuerpo del dictador podría haber desaparecido de esa manera.

Después de muchos años de especulación, y con la caída del régimen soviético, lentamente comenzaron a aparecer datos y rumores. Hacia finales de 2002, el Servicio Federal de Seguridad (FSB, heredero de la KGB soviética) colaboró en la realización de un documental en el que se seguían los últimos rastros del dictador. En este documental, se mostraban documentos que marcaban que en sus archivos existían partes del cráneo de Hitler, incluyendo parte de la mandíbula. Comparando los documentos alemanes y los soviéticos y examinando estos fragmentos óseos, un experto forense pudo asegurar con gran certeza que debían corresponder a Hitler. Como el dictador no tuvo descendencia y muchos de sus parientes habían muerto o se habían cambiado el nombre, no había material genético que comparar, de manera que el FSB restringió su colaboración a mostrar los documentos y los huesos.

Todo quedó así por unos años, hasta que en los primeros días de diciembre de 2009, Rusia finalmente reveló que las autoridades soviéticas habían ordenado destruir totalmente los restos de Hitler y de las personas que lo acompañaron a la tumba aquél día de 1945.

Como en muchas de las historias relacionadas con esta guerra, todo tuvo lugar de manera misteriosa y retorcida. Según los registros soviéticos, el 5 de mayo de 1945 agentes del contraespionaje comunista encontraron la fosa donde yacían los restos de los jerarcas nazis y sus familias. El 16 de junio de ese año, después de una rápida e intensiva investigación, se le presentó a Josef Stalin un informe que incluía datos sobre todo lo encontrado, la certificación de la muerte de Hitler junto con los testimonios recopilados a los testigos capturados y los análisis de los restos. Nada de esto se hizo público.

Como en 2002, todo indica que los cadáveres fueron identificados por sus registros dentales, la única manera que existía en esa época. Para garantizar la autenticidad de todo el asunto, las piezas usadas en la identificación forense fueron enviadas al organismo de espionaje precursor de la KGB, y pasó a formar parte de sus archivos. Un fragmento de su cráneo se guardó en otro archivo estatal. Ambos fragmentos todavía están guardados en estos lugares.

Tal como no quería el dictador alemán, lo que quedaba de su cuerpo siguió en posesión de los rojos. Los demás restos fueron enterrados provisionalmente en un bosque cerca de la ciudad germana de Rathenow, más o menos en la fecha en la que Stalin recibió el informe mencionado. Estos restos permanecieron allí, ocultos en una fosa común, hasta el 21 de febrero de 1946. En esa fecha, quizás para evitar que fueran descubiertos, se los trasladó a un lugar secreto de una base militar dentro del sector soviético de Alemania: el número 36 de la calle Westendstrasse, en la ciudad de Magdeburgo.

Los restos descansaron entonces, pero sólo hasta 1970. El 13 de marzo de ese año, el jefe de la KGB, Yuri Andropov, pidió permiso a sus superiores para destruirlos totalmente. Nuevamente, la idea era evitar que el lugar pudiera ser saqueado o se convirtiera en un sitio de peregrinación y adoración al sangriento líder, por parte de simpatizantes neonazis.

El pedido fue autorizado, llevándose a cabo en el mismo día la exhumación y la destrucción de los restos, el 4 de abril de 1970. En un descampado cerca de Schönebeck, a 11 kilómetros de Magdeburgo, sin ninguna ceremonia ni nada especial, se armó una gran fogata, a la cual fueron arrojados los restos del líder del Tercer Reich y sus compañeros de tumba. Según los informes, se alimentó la fogata hasta que sólo quedaron cenizas, y luego estas fueron arrojadas al río Biederitz. Sólo entonces, irónicamente, el pedido de Hitler se concretó, pero a cargo de sus enemigos.

Aunque las citadas piezas del cuerpo de Hitler siguen estando en archivos rusos, muchas otras cosas relacionadas a su muerte han desaparecido o están a punto de desaparecer. Un ejemplo es el bunker en donde pasó sus últimos días y se suicidó: actualmente está sepultado debajo de un estacionamiento de una tienda como cualquier otra, y muchos berlineses ni siquiera conocen el dato. Muchos otros edificios importantes que fueron frecuentados o construidos por órdenes de Hitler han sido ya destruidos por los soviéticos o por los alemanes, y muchos otros permanecen sepultados accidentalmente o por otras causas.

viernes, diciembre 25, 2009

Copiar y pegar

Durante la Segunda Guerra Mundial, tres bombarderos B-29 estadounidenses hicieron aterrizajes de emergencia (por separado) en territorio soviético, después de bombardear Japón. Estos incidentes aislados tuvieron una serie de largas y curiosas consecuencias.

Muchas veces la URSS había pedido a EEUU que le vendiera este avión mediante el sistema de Préstamo y Arriendo. Estos bombarderos cuatrimotores eran una de las piezas más importantes del arsenal estadounidense gracias a su enorme alcance y gran carga de bombas. Solamente EEUU e Inglaterra tenían aviones comparables, y los B-29 eran los mejores en lo que hacían. La URSS no podía bombardear Alemania con sus aviones bimotores, y todo país en guerra deseaba tener bombarderos estratégicos de ese tipo: casi todos habín fallado en el diseño de los mismos. EEUU no respondió a los pedidos, ya que querían conservar la exclusividad del arma y no podrían controlar su uso después de dársela a los soviéticos. Aunque aliados, no eran naciones precisamente amigas.

No sorprende entonces que la URSS se negara a devolver los aviones que llegaron a su territorio. EEUU los solicitó numerosas veces; ambos países eran aliados, pero la URSS tenía un trato de no agresión con Japón, de manera que se negaba a hacerlo ya que estas armas serían usadas de nuevo contra este país y eso podría interpretarse como una rotura del tratado.

Stalin, en realidad, tenía otra idea en mente. Ordenó a la oficina de diseños Tupolev que copiara el avión mediante ingeniería inversa, lo cual derivó en la creación del Tupolev Tu-4, prácticamente idéntico al avión occidental.

En 1947, durante una celebración militar, EEUU comprendió lo que había sucedido. Tres Tu-4 aparecieron en el cielo, siendo confundidos con los B-29 capturados; cuando apareció el cuarto Tu-4, se hizo evidente que la URSS había copiado su mejor diseño, y que poseía entonces la capacidad de bombardeo estratégico. Ese mismo año la URSS detonó su primera bomba atómica; ambos eventos dieron inicio a la carrera armamentística que luego se desataría en todo el mundo.

domingo, diciembre 20, 2009

Guerra mundial, en todo el sentido

La Segunda Guerra Mundial lo fue en todo sentido, lo solamente porque tuvo lugar en todos los continentes, sino porque los que pelearon en ella provenían de todas partes, incluso de países que no estaban en guerra o participaban de diversos bandos.

Un ejemplo lo podemos ver en el XV Grupo de Ejército Aliado que operó en Italia; Segun su Alto Mando, "era una Babel". Y no era para menos: tal vez haya sido el frente con soldados de más nacionalidades y etnias de todas las guerras, modernas y antiguas. Esto planteaba, inevitablemente, frecuentes y problemáticas dificultades en la logística: traductores, comida, aprovisionamiento, organización, etc. Entre sus efectivos se encontraban:
  • estadounidenses, algunos descendientes de inmigrantes italianos y japoneses (llamados nisei, agrupados en una formación especial ya que se temía por su actuación a causa de su origen; su envío a Italia era justamente para evitar que lucharan en el Pacífico);
  • franceses, que luego pasaron a la lucha en su misma patria;
  • brasileros, pertenecientes a la 1º división de la Fuerza Expedicionaria Brasilera. El general Clark comenta que "nos había resultado extraordinariamente difícil encontrar intérpretes de habla portuguesa para los tanquistas que debían apoyar a unidades brasileras en acción";
  • efectivos de las Islas Británicas, entre ellos batallones escoceses, irlandeses (que pidieron, el día de San Patricio, que un avión especial les trajera de su patria una comida tradicional) y británicos;
  • italianos pertenecientes a pelotones de partisanos o del ejército regular, ya que a partir de 1943 Italia estaba de parte de los Aliados;
  • griegos;
  • canadienses pertenecientes a toda la geografía de dicho país, algunos hablando inglés y otros francés;
  • sudafricanos, tanto de origen occidental como nativos, representados entre otros por los "Springboks" del Mariscal Smuts, el Batallón de Servicios Especiales de la 6º División Blindada Sudamericana que dejaron sus tanques y combatieron a pie;
  • polacos pertenecientes al 2º Cuerpo Polaco, con parientes en EEUU y que se hicieron famosos al conquistar las alturas de Monte Cassino (entre los cuales se encontraba un oso que era su mascota y combatía con ellos, lo cual da lugara una historia más larga);
  • judíos de Palestina;
  • marroquíes y argelinos de las colonias francesas, que aunque lucharon con gran valor e ingenio, trajeron no pocos problemas de logística;
  • neozelandeces;
  • indios de multitud de etnias reclutadas por los británicos en esa colonia, incluyendo sikhs, maharattas, madrasis, jats, rapjuts, punjabíes, pathanes, baluchis y gurkhas de Nepal; sus religiones y alimentación trajeron no pocos problemas. Los hindúes no podían comer carne de vaca, que consideran sagrada, y los de fe musulmana no podían comer carne de cerdo. A causa de esto, el Octavo Ejército Británico tenía que llevar un rebaño de cabras detrás suyo para alimentarlos a todos por igual.
Por otra parte, había en servicio numerosos cuerpos femeninos de enfermeras y auxiliares, con mujeres estadounidenses, inglesas, sudafricanas y canadienses. Los hospitales tenían que tener multitud de intérpretes y ser capaces de abastecer de alimentos, ropa, medicamentos y demás sin romper ninguna regla cultural. "Hubo un gran revuelo cuando los enfermos árabes franceses se negaron a usar pijamas, usando los pantalones como turbantes", recuerda Clark.

En el otro extremo, los países del Eje tampoco quedaron a la saga. El ejército de la Alemania nazi, presunto representante de la superioridad de la raza aria, se convirtió a lo largo de la guerra en una torre de Babel, al igual que pasó con los Aliados. La necesidad extrema de mano de obra y de soldados los llevó a aceptar en sus filas a soldados capturados, rusos que detestaban el comunismo, y otras nacionalidades que querían luchar en sus filas por muchos y diversos motivos. Combatieron del lado alemán franceses, croatas, rusos, letones, lituanos, tártaros, norteafricanos, turcomanos, chechenos, e incluso se dice que indios (probablemente capturados de divisiones inglesas en la India, aunque su número fue muy escaso).

Incluso las máximas representantes de los ideales nacionalsocialistas, las SS, admitieron en sus filas a belgas, daneses, holandeses, noruegos, españoles, franceses... y a auxiliares del este de Europa. Esto hizo que, curiosamente, hubiera franceses defendiendo Berlín en la última batalla.

jueves, diciembre 17, 2009

Recompensa helada

Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos estadounidenses de bombarderos B-29 ponían latas de mezclas de helado en los compartimientos del artillero de popa. Las bajas temperaturas que sufrían a causa de la altura del vuelo, y las constantes vibraciones, hacían un buen helado, que las tripulaciones disfrutaban al volver exitosamente de la misión.

martes, diciembre 15, 2009

Kokura, la ciudad más afortunada

Esta ciudad japonesa bien merece este título. En un primer momento, fue el blanco secundario del Enola Gay, el avión que arrojó la primera bomba nuclear. Como las condiciones climáticas sobre el blanco principal, Hiroshima, eran buenas, este artefacto fue lanzado allí.

Días más tarde, Kokura quedó primera en la lista de prioridades. Japón seguía sin rendirse y las autoridades militares de EEUU necesitaban una ciudad que no hubiera sido ya bombardeada, para poder estudiar los efectos que tenía ese tipo de bombas sobre un blanco civil. Kokura fue puesta entonces como el blanco primario de la segunda bomba atómica.

En la mañana del bombardeo (9 de agosto de 1945), sin embargo, las condiciones sobre la ciudad eran malas. Un ataque con bombas incendiarias sobre la vecina ciudad de Yahata había llenado de humo la zona. El comandante del avión tenía órdenes de lanzar la bomba sobre Kokura sólo si podía verla; como el humo y las nubes lo impidieron, siguieron de largo hacia Nagasaki, el objetivo secundario, donde finalmente la lanzaron.

jueves, diciembre 10, 2009

Rezar y remar

Durante el ataque japonés a Pearl Habor, un capellán de la US Navy se encontró en un predicamento que resolvió rápidamente. Ejercitando una profesión que puede parecer contradictoria, el sacerdote se estaba preparando para una misa al aire libre (el ataque fue el día domingo 7 de diciembre, temprano a la mañana) cuando vio aproximarse a las aviones japoneses.

Ni lento ni perezoso, corrió hasta una ametralladora cercana, la arrastró por su cuenta, la montó sobre el altar y ametralló a los aviones cuando pasaron sobre él. Su pequeña gesta fue inmortalizada más tarde en una canción popular, que se llama "Alabad al Señor y Pasad la Munición" [creo que en el original en inglés es Praise the Lord and pass the ammo.]

martes, diciembre 08, 2009

De algo hay que vivir

El hambre fue una constante en muchas eventos de la Segunda Guerra Mundial: el asedio de Leningrado, las marchas kilométricas por las selvas de Birmania, y un largo y lamentable etc. Lo curioso es el sentido del humor: luego de la caída de Rangun en abril de 1942 las tropas del general Stilwell parecían estar contentos al haber descubierto una nueva vitamina, la G. Era el nombre irónico con el que llamaban a los gorgojos que estaban en sus galletas, ya pasadas.

domingo, diciembre 06, 2009

Curiosa condecoración

Minoru Genda, general japonés que ayudó a planear el devastador ataque japonés a Pearl Harbor, recibió la condecoración de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1959. Esto ocurrió cuando Genda estaba al frente de la nueva fuerza aérea japonesa, y después de haber probado el Starfighter F-104 de la Lockheed en California. Su recomendación fue un factor importante para que Japón comprara los aviones.

martes, diciembre 01, 2009

Recomendación materna

La madre de Douglas MacArthur, conocido estratega estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, tenía por costumbre enviar cartas adulatorias a los superiores de su hijo, sugiriendo que tal vez era tiempo de que su hijo fuera ascendido a general.

viernes, noviembre 27, 2009

Solución desagradable para un problema desagradable

Durante la campaña del desierto contra Rommel, en el norte de África, los británicos y australianos combatieron juntos contra los alemanes. Sin embargo mientras los ingleses tenían los pies llenos de ampollas a causa de las condiciones climáticas, cojeando a causa del dolor, los australianos parecían completamente sanos. Un oficial médico que se interesó en el tema encontró la respuesta un día que vio a un grupo de australianos chapoteando en un charco. Este era el tratamiento milagroso: metían los pies en un agujero con... orina, que al parecer les fortalecía los pies.

miércoles, noviembre 25, 2009

Simplicidad, ante todo

Los soviéticos se destacaron en la Segunda Guerra Mundial por su pragmatismo y practicidad a la hora de fabricar armas de todo tipo. Las palabras de un oficial del cuerpo escandinavo del III Cuerpo Panzer de las SS, compuestos por voluntarios, ilustran genialmente esta tendencia. El Cuerpo estaba sitiando Leningrado, y el generador de electricidad instalado cerca del cuartel estaba dañado. Se solicitó así a una unidad especializada para repararla y conseguir electricidad.

"El jefe del batallón llegó con algunos de sus técnicos, pero cuando vieron la máquina de vapor tan deteriorada, y más vieja que la máquina de Fulton, no hicieron más que sacudir la cabeza. Debido a que su arreglo parecía imposible a los técnicos alemanes, se intentó probar de otra manera. Entre los prisioneros rusos tomados por el regimiento "Dinamarca" se encontraba un grupo de técnicos, electricistas, mecánicos, etc. El regimiento, con mucho gusto, le prestó al comando de la agrupación a una media docena de estos hombres. Después de una semana de trabajo, la usina funcionó irreprochablemente y produjo la luz que tanto se necesitaba. Con medios primitivos: troncos y cuerdas, repararon la máquina e hicieron contacto con el dínamo. La usina hacía un ruido espantoso, pero funcionó."

"Este ejemplo, como muchos otros, mostraba como los rusos, con elementos primitivos, podían manejar cosas que una técnica superior tenía que desistir de hacerlo. Los técnicos rusos han gozado de un tecnicismo intuitivo, que perdieron los hombres con una instrucción superior."

"Lo mismo se presentaba con toda la técnica rusa. Una vez, inspeccionando un avión ruso derribado por el fuego alemán, observamos que el aparato era muy primitivo; tenía lo estrictamente necesario para volar y carecía de la multitud de instrumentos que llenaban el tablero de los aviones alemanes. Preguntamos al aviador ruso: "¿Cómo es posible volar con estos medios tan arcaicos?". El piloto contestó: Nosotros calculamos que un avión ruso vuela, término medio, siete veces antes de ser derribado o destruido... ¿Para qué gastar tanto dinero por siete vuelos? ¿No es preferible construir el doble de aparatos primitivos que la mitad de aparatos perfectos?"

viernes, noviembre 20, 2009

Disciplina y moral

Luego de la batalla de Kaserine en África, el II Cuerpo de Ejército de EEUU estaba muy desmoralizado a causa de los graves golpes que había sufrido a manos de las fuerzas de Rommel. Eisenhower resolvió, para reparar esto, la designación del general Patton como nuevo comandante.

La decisión no podría haber sido más acertada. Con una personalidad avasalladora, un carácter firme y decisido y algo excéntrico, era justo lo necesario. El general Bradley comenta en sus Memorias como Patton llegó a su puesto de comando, entre sirenas y la marcha de decenas de vehículos: "en el coche que marchaba a la cabeza, Patton viajaba de pie, como el conductor de una cuádriga. Miraba ceñudamente hacia el viento y su mandíbula presionaba contra el barbijo de malla de un casco con dos estrellas. Dos estrellas de plata, de tamaño excesivo sobre una chapa roja, señalaban su auto de comando." El ego de Patton era otra de sus características.

Pronto encontró el elemento que necesitaba para elevar la moral de su tropa. Durante varios meses de combate, los soldados estadounidenses se habían acostumbrado, como el recluta inglés, a un uniforme desaliñeado, propio del ambiente caluroso y polvoriento. No usaban el casco, sino solamente la gorra de lana que debían llevar debajo.

Patton ordenó un cambio radical. Hizo obligatorio el uso de casco, polainas y corbatas en todo momento, tal como lo marcaba el reglamento, el cual se ejecutaba hasta la última coma. Las multas por no cumplir eran de 25 dólares para soldados y de 50 para oficiales.

El reinado del "escupa y saque brillo" que instauró el general Patton logró justamente su objetivo: soldados más disciplinados, orgullosos y seguros de sí mismos.

domingo, noviembre 15, 2009

¡No me asciendan!

El sargento Richard Dudley era encargado del Casino de Oficiales en la campaña de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, bajo el comando del general Bradley. Como cualquier otro establecimiento similar, se encargaba de darle a los oficiales un poco de esparcimiento y un nivel de vida algo más elevado que el del soldado raso. Pero pronto estos comenzaron a quejarse, ya que el contraste era demasiado grande: en las mesas del casino se apilaban vinos de viejas cosechas, jabalíes trufados y los manjares más exquisitos servidos con toda elegancia. Bradley le sugirió cuidadosamente un día:

-Sargento Dudley, espero que no lo tome a mal, pero me parece que tantas comodidades en el frente son discutibles.

-¡Mi general! -le contestó el pelirrojo oficial- Usted haga la guerra y yo me ocuparé de su standard de vida.

Bradley decidió dejar todo como estaba para evitar mayores problemas. Pero el problema no era solamente la superabundancia y el refinamiento del casino, sino también los rumores que llamaban a Dudley "el pirata rojo", a causa de los métodos particulares que se decía empleaba para conseguir esos productos.

Bradley intentó además ascender varias veces al sargento, pero éste siempre se negó, sin exponer nunca las causas de esta decisión. Solamente en los finales de la guerra aceptó ser promovido a oficial, y luego de la guerra, al interrogarle Bradley acerca de eso, Dudley respondió.

-Teniente, ¿por qué esa negativa constante a que lo ascendiéramos? ¿No cree usted que era un exceso de humildad? ¿Se menospreciaba usted?

-No general, pero el ascenso podría haberme hecho perder el puesto que tenía, y créame que en el Casino podía conseguir muchas cosas aparte de estar lejos de las balas...

martes, noviembre 10, 2009

Confianza en el general

El general Clark era conocido como un oficial justo, que mantenía un estrecho contacto con sus tropas y de carácter muy amable. En una ocación, en una revisión de las líneas más adelantadas del frente, se detuvo a conversar con un pequeño soldado que estaba acurrucado en una trinchera. Al despedirse, se dio cuenta de que el hombre no usaba botas reglamentarias, sino una alpargatas de caucho. Lo interrogó sobre esto, y el soldado le explicó que tenía botas, pero estaban muy gastadas y que su número era muy pequeño. Le resultaba muy difícil encontrar botas nuevas de este tamaño.

Sin dudarlo, Clark prometió:

-Le mandaré un par de botas, si es que hay de ese número en el teatro del Mediterráneo.

Luego el general descubrió que el soldado, de apellido Gebhart, tenía razón: de cada 100.000 botas, solamente 67 correspondían al número 7A que calzaba. Sin embargo, se acordó de su promesa y se ocupó personalmente de buscar el par de botas. Incluso las envió al frente utilizando su propio avión. Su ayudante buscó al soldado Gebhart y se lo entregó personalmente:

-El general Clark le manda estas botas -le anunció.

-Gracias -dijo sencillamente, sin demostrar sorpresa ni cambiar de expresión.

-¿No está sorprendido? -se animó a preguntar el capitán Thrasher, ayudante de Clark.

-No -le respondió el soldado-. Me dijo que me los mandaría.

La anécdota fue para Clark una de los más preciosos recuerdos de la guerra, y sirve para mostrar como, para este hombre, incluso el más pequeño de sus subordinados era importante.

jueves, noviembre 05, 2009

Algunos generales también lo hacen

Probablemente el único general que mató personalmente a un soldado enemigo en la Segunda Guerra Mundial fue el general inglés R. E. Urquhart, durante una emboscada enemiga en la arriesgada ofensiva de Arnhem, Holanda, en 1944.

miércoles, noviembre 04, 2009

Nuevo sitio: Cuadernos de la guerra

Desde hace tiempo, ciertos contenidos de Casus Belli estaban quedando fuera de lugar. Tenían que ver más con la historia en general que con el enfoque tecnológico, el cual era lo central de este sitio. Pero como soy un aficionado a la historia en general, y la Segunda Guerra Mundial es, desde niño, casi un campo de juego e investigación, me pareció irresistible una nueva idea: un sitio en donde desarrollar las anécdotas de este período, además de incorporar biografías, análisis de batallas, datos curiosos y un largo etc.

Es por eso que decidí crear Cuadernos de la Guerra. Un sitio independiente de Casus Belli. Un lugar con un diseño diferente y reglas diferentes, para el disfrute de los muchos que gustan de bucear en esos años tan turbulentos. Allí he desplazado parte del contenido de Casus Belli que continuaba estando fuera de lugar, pero esto es sólo una primera etapa: pronto comenzaré a crear material nuevo (algo de eso hay en esta primera etapa, también).

Espero que les guste y lo disfruten. Visítenlo y déjenme sus comentarios.

lunes, noviembre 02, 2009

Mala decisión

Uno de las operaciones más desastrosas que llevaron a cabo los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, el desembarco de Dieppe, fue decidido ¡por un subteniente! Luego de decenas de reuniones secretas, los altos mandos de todas las fuerzas de tierra, aire y mar se reunieron nuevamente a dar el OK definitivo a la operación, el primer desembarco a gran escala de la guerra. Sin embargo, al no ponerse de acuerdo, dejaron el manos del subteniente Ronald Bell la decisión. Siendo un oficial meteorólogo, Bell solamente pudo decir: "En mi opinión, el buen tiempo reinará en la zona del Canal".

Sus superiores tomaron eso como una buena señal y dieron el visto bueno a la operación. Lamentablemente para la causa aliada, el subteniente se equivocó. Pero peor que el clima fue el resultado de las operaciones militares, que fueron desastrosas. Costaron valiosos hombres y material a los aliados en un desembarco inútil que tuvo que ser abortado.

viernes, octubre 30, 2009

Obediencia a toda prueba

El teniente japonés Hiroo Onoda es el ejemplo extremo de la obediencia militar. En 1944, mientras actuaba en la isla filipina de Lubang, su comandante le ordenó mantenerse en su puesto "aún cuando la unidad a su mando fuera destruida". Onoda acató la orden por 29 años; cuando en 1975 se rindió portaba todavía su viejo fusil y pretendía seguir peleando si era necesario. Había cumplido 52 años y continuaba oculto en los bosques de la isla. Ignoraba completamente que la guerra había terminado; al momento de su captura, declaró: "no me entregué antes porque no había recibido la orden de hacerlo".

Este sin embargo no fue el único caso de soldados japoneses que se negaron a rendirse. Como el Emperador Japonés transmitió la rendición por radio, y nunca nadie había escuchado su voz, muchos efectivos a su mando creyeron que era una treta del enemigo, y se resistieron a pensar que su líder, que tenía rango de divinidad, se rendiría de esa manera. Los que estaban más cerca del frente eventualmente comprendieron la realidad, pero ciertas unidades muy diezmadas no escucharon la transmición o no la creyeron. Sin contacto con otros, por muchos años existieron soldados japoneses "perdidos" en las selvas de Filipinas u otros lugares similares. Estos soldados tuvieron que ser convencidos por funcionarios filipinos y delegados japoneses que luego se encargaban de restituirlos a su país.

Incluso hacia 2005 había todavía rumores de más soldados de este tipo en ciertas zonas inaccesibles de Filipinas. El caso extremo es el de un soldado japonés que en ese año fue ubicado en Ucrania, país en el que se había casado. Durante todo ese tiempo había sido dado por desaparecido.

domingo, octubre 25, 2009

Acuerdos y desacuerdos

La retirada alemana de Grecia, que tuvo lugar en septiembre de 1944, fue uno de los episodios más extraños de la Segunda Guerra Mundial, a niveles que rozaban lo ridículo.

La evacuación se llevó a cabo tras la caída del frente sur de Rusia y el pase de Rumania y Bulgaria al campo aliado. Estos países habían sido invadidos por la URSS y, al pasarse a la órbita soviética, comenzaron a responder a la misma.

Alemania no podía sostenerse más en la región griega, teniendo en cuenta además los ataques de los partisanos. Debían evacuar a su personal de la península, para impedir que fueran capturados y muertos por la encerrona soviética.

El problema era que las fuerzas en la región, si bien eran pocas para una defensa coordinada, eran también demasiado grandes para lograr una evacuación eficiente y ordenada. Apenas había algunos aviones y buques viejos. La retirada hubiera sido imposible de realizar (al menos sin gravísimas perdidas) de no haber mediado un acuerdo entre ingleses y alemanes, según cuenta el ministro alemán Speer en sus memorias.

Durante varios meses, los aliados se repartieron la geografía europea que nacería luego de la guerra, que ellos ya veían se ganaría en 1945. En ese momento, a los británicos les preocupaba mucho el súbito desmoronamiento del frente oriental, que permitía que la URSS se apoderara de una gran cantidad de países que luego quedarían bajo su influencia. Les interesaba mucho poner un tope a esa expansión, y entonces vieron la oportunidad de hacerlo en Grecia.

Bajo los términos del acuerdo secreto, los ingleses no atacaron a las unidades alemanas que evacuaban Grecia. Por su parte, los alemanes debían hacerse fuertes en el puerto de Salónica, defendiéndolo de los soviéticos hasta que llegaran las unidades inglesas que los vencerían.

La propuesta al parecer partió del ayudante de Hitler, Jodl. Speer dice por fin que el único comentario que hizo Hitler al final de la operación fue: "es la última vez que nos prestamos a una cosa así."

martes, octubre 20, 2009

Totalmente perdidos

Luego del desembarco en Normandía, el terreno conocido como bocage le trajo muchos problemas a los aliados. Una mezcla de pantanos, granjas, bosquesillos y tierras abandonadas, separadas por setos de arbustos o montículos de tierra sobre un territorio de colinas y depresiones confundía a los soldados sobre su verdadera posición. El reconocimiento aéreo había calculado que se trataban de setos de uno o dos metros de altura, pero muchos de ellos tenían siglos de antigüedad y eran totalmente impenetrables e imposibles de escalar; ni siquiera los tanques podían pasar sobre ellos.

En este lugar, los soldados se perdían fácilmente, los vehículos no podían avanzar y la coordinación del fuego de artillería se hacía así cada vez más difícil. Se sabe que al menos en una ocasión un observador de artillería solucionó el problema ordenando abrir fuego sobre lo que se creía que era su propia posición, para luego ver dónde caían realmente los proyectiles.

jueves, octubre 15, 2009

Advertencia y precaución

Durante el levantamiento de Varsovia, la resistencia polaca tenía que enfrentarse a los bien blindados tanques alemanes en las calles, sin la ventaja de tener armamento pesado. La manera que desarrollaron fue el ataque con bombas de gasolina, armadas con botellas de vidrio: las famosas "bombas Molotov" empleadas anteriormente por muchas otras fuerzas de resistencia. Sin embargo, necesitaban recurrir a métodos mucho menos ortodoxos para hacerles frente.

Comenzaron a minar las calles, pero pronto se terminaron los explosivos. Entonces pintaban el suelo de las calles de blanco, y ponían carteles en polaco que decían: "cuidado, zona minada" o algo parecido. Los alemanes muchas veces evitaban, por sana precaución, esas zonas.

Al menos en una oportunidad, se sabe que un tanque alemán retrocedió ante un misterioso artefacto: una botella pintada de rojo que pendía de un cable tendido entre dos balcones. Los tripulantes del tanque no sabían cómo podía funcionar, pero no se atrevieron a ver si la trampa era falsa o verdadera.

En otra ocasión, en una calle en declive, una guarnición de soldados polacos dejó rodar, ante el avance de blindados alemanes, varios barriles pintados como si fueran de aluminio. Al ruido que hacían al saltar y rodar fue suficiente: los tanques les dispararon, pero al mismo tiempo dejaron de avanzar por la calle y se replegaron, evitando el contacto con la peligrosa carga que, erróneamente, suponían que cargaban.

sábado, octubre 10, 2009

Absurdo sacrificio

Durante el cerco soviético a la ciudad de Stalingrado, en donde se había atrincherado el VI Ejército alemán a las órdenes del general von Paulus, Hitler acudió a un curioso argumento para evitar que éste se rindiera. Pensó que, como ningún mariscal alemán se había rendido antes ante el enemigo, lo mejor era ascender a von Paulus a mariscal. Así lo hizo, y von Paulus entró a la historia como el primer mariscal alemán en rendirse y ser capturado.

A Hitler, por supuesto, la noticio lo llenó de indignación, sin importarle la gran cantidad de bajas alemanas completamente inútiles y el sacrificio total de muchos de sus hombres; en ese momento exclamó: "¿Cómo puede uno rendirse a los bolcheviques? ¿Por qué no se ha suicidado von Paulus? Los antiguos jefes guerreros, cuando todo estaba perdido, se arrojaban sobre su espada."

jueves, octubre 08, 2009

Flema británica

Durante la campaña inglesa contra los japoneses en Birmania, el teniente coronel Lowther es condecorado con la Orden al Servicio Distinguido por su sangre fría durante el combate. En el punto más crudo de la última batalla, Lowther había dirigido las operaciones... sentado en una reposera y tomando una taza de té, en un punto donde permanecía a tiro de cualquier arma japonesa.

Este tipo de acciones no hacía más que reforzar la leyenda de la tradicional flema británica. En esa misma campaña, los británicos quedaron escandalizados al ver lo que hacían algunos japoneses con sus prisioneros, desde usarlos para prácticas con bayoneta hasta quemar vivos a los heridos dentro de las ambulancias. En una ocasión, un oficial fue atado a una barricada sobre la que sus camaradas estaban descargando la artillería. De alguna manera logró desatarse, y lo primero que hizo luego de correr hacia las líneas amigas fue informar que estaban errando el tiro por 50 metros. Los artilleros corrigieron el dato y lograron facilitar el avance.

viernes, septiembre 25, 2009

Un general escurridizo

En 1940, el Alto Mando francés se encontraba en una situación altamente caótica. Los efectivos alemanes habían invadido gran parte del país y las retiradas se sucedían constantemente. Entre el cúmulo de órdenes y contraórdenes que se dictaban desde París, a veces muy lejos del lugar del conflicto, una en especial le ordenaba al general Henri Giraud, comandante del 7º ejército francés, que se hiciera cargo del comando del 9º ejército. Giraud partió con su Estado Mayor hacia la frontera franco-belga, en donde está luchando su nueva unidad.

Luego de dos horas de marcha, llegaron a la sede del comando; el general Giraud descendió de su vehículo y caminó unos pasos. No pudo creer lo que vió: frente a él, soldados alemanes hacían el saludo militar. Un oficial se adelantó, entrechocó los talones y saludó. Sin abandonar su posición de firme, le dijo:

-¡Es usted nuestro prisionero, señor general!

Con gran asombro, Giraud entró en la sede del comando. El oficial alemán le informó:

-Han tenido mala suerte. El anterior comando del 9º ejército abandonó la región hace media hora. Quince minutos después llegamos nosotros. Hubiera sido una falta de consideración no esperarlos...

Giraud se convirtió así, sin saberlo, en el primer general en ser capturado en ambas guerras mundiales. Sin embargo, dos años más tarde, el general se escapaba de sus captores, al igual que había hecho en la Gran Guerra, y pudo volver con los aliados para encabezar operaciones militares contra el Eje.

martes, septiembre 22, 2009

Secreto recursivo

A veces las ansias de mantener un avance tecnológico fuera del alcance del oído enemigo es algo exagerado, y en la Segunda Guerra Mundial los ejemplos abundaron de uno y otro lado. El caso del radar es uno de los más curiosos, como comentó en su momento el encargado de una estación inglesa:

"La bateria antiaérea que mandé en los primeros días de la 2ª guerra Mundial estaba equipada con radar, que entonces estaba en su infancia y clasificado como alto secreto. Efectivamente, era asunto tan reservado que en la conversación nos estaba prohibido referirnos al radar por su nombre. En plena Batalla de Inglaterra, un enlace motorista fue a buscarme para darme un paquete marcado "Alto Secreto". Entré en mi oficina para leer el vital despacho en privado. Tuve que romper no menos de 5 sobres hasta llegar por fin a una hoja pequeña de papel que decía: "Alto Secreto: la palabra radar ya no es secreta".

domingo, septiembre 20, 2009

Problemas de alojamiento

Durante la guerra en Francia, los pilotos de cazas alemanes tenían problemas para encontrar buenos aeródromos de los cuales despegar. El avance de las divisiones de tierra era tan rápido, que después de pocos días de llegar a un lugar, tenían ya que empezar a buscar de nuevo otra pista de aterrizaje, porque de otra manera se quedaban cortos con el alcance de la "sombrilla aérea".

Así se sucedieron muchas curiosas anécdotas. Por ejemplo, un piloto del JG2, con órdenes de buscar una pista para su escuadrón, reclamó un buen lugar cerca de Charleville, pero otros pilotos del JG27 llegaron antes y se lo "robaron". Entonces, pasó a la población cercana de Signy-Le-Petit: allí había un excelente lugar, pero estaba el inconveniente de que había muchos soldados franceses en los bosques cercanos. Pero el piloto no se dejó vencer: eligió a 10 hombres, les dio armas y se fue como infantería a peinar la zona. Capturó a un Jefe de Ejército francés, tres generales de división y 200 soldados coloniales. Pero todavía tenía trabajo para hacer; previendo la llegada posible de más tropas enemigas, revisaron los restos de los aviones Potez que había abandonados en la pista, les retiraron sus ametralladoras y las usaron para armar un perímetro de defensa en la parte superior de una granja cercana. En el piso de abajo, estaba el mejor disfraz para una posición: había un bar y un burdel, que funcionaba normalmente incluso en esas condiciones.

El otro extremo lo experimentaron los pilotos del I.(J)/LG2, quienes tuvieron que quedarse en un convento de monjas durante buena parte de la campaña.

Mientras tanto, irónicamente, los pilotos que habían "usurpado" al otro piloto la pista de Charleville, eligieron muy mal. El sitio estaba dentro del alcance de la artillería francesa, quien los castigaba sorpresivamente. El suministro de materiales se hizo difícil, porque los aviones podían ser derribados si tenían mala suerte. Como comenzó a escasear el combustible, tuvieron que empezar a "requisar", al parecer sin orden superior, el combustible sobrante de todos los aviones que aterrizaban allí. Simplemente le sacaban todo lo que no necesitaban para llegar a la siguiente pista. Este tratamiento fue inmisericorde, porque incluso lo hicieron con un Ju-52 que pertenecía a la unidad personal de transporte de Hitler.

Las situaciones eran a veces desesperadas. Algunos cazas terminaban aterrizando de emergencia en aeródromos abandonados, entre pilas de chatarra y cráteres de bombas. A veces las tropas francesas seguían hostigando a los aeropuertos improvisados. La falta de comunicación con los aviones también traía problemas. En un aeródromo improvisado, le dieron la bienvenida a un Bf-109 con una multitud de bengalas rojas. El piloto se aproximó, vio una serie de banderines rojos sobre una zona despejada, y los usó como referencia, aterrizando en la ruta que marcaban. Cuando aterrizó, recibió (seguramente con terror) la noticia de que la ruta de banderines no era la pista de aterrizaje, sino una advertencia, ya que en ese lugar habían caido varias bombas que no habían estallado.

jueves, septiembre 17, 2009

Información confidencial

A principios de la Segunda Guerra Mundial, unas de las principales tareas de la RAF era la de lanzar octavillas de propaganda sobre Alemania, que instaban al pueblo a derrocar el régimen nazi de Hitler y rendirse a los Aliados. Pero curiosamente, cuando un sencillo ciudadano británico pidió ver una de las octavillas, le dijeron que no era posible por razones de seguridad, "pues la información alli contenida podría caer en manos del enemigo".

miércoles, septiembre 16, 2009

A la caza de personajes peligrosos

A mediados de 1940, confiado en poder conquistar Inglaterra como lo había hecho con gran parte de Europa, el gobierno alemán ordenó que la Gestapo comenzara a crear listas de detenidos luego de la invasión. Curiosamente, en estas listas aparece el nombre de Sigmund Freud, detallando su domicilio en Londres y su condición de judío. Sin embargo, el padre de la psicología había muerto el 23 de setiembre de 1939.

Otro que aparecía en las listas era Winston Spencer Churchill, a la sazón Primer Ministro Británico, aunque su captura hubiera sido un poco más complicada.

lunes, septiembre 14, 2009

Derribados por sus propias bombas

En los primeros años de la guerra, Inglaterra estaba pésimamente preparada para enfrentar la amenaza submarina desde el aire. La mayoría de los recursos para aviones iban para la RAF, en lugar de para la Royal Navy, que disponía de aparatos bastante primitivos para enfrentarse a los alemanes. Los aviones no tenían más que pequeñas bombas para auyentar a los submarinos, y para colmo no tenían el equipo para apuntarlas, de manera que tenían que lanzarla a ojo desde corta distancia.

El 14 de septiembre de 1939 lo que podría haber sido uno de los primeros hundimientos de submarinos alemanes fue todo lo contrario... Dos bombaderos en picado del portaaviones Ark Royal divisaron a un buque enemigo, lanzándose en su persecusión. Habiendo bajado en picada tanto como se atrevieron, lanzaron sus bombas y se alejaron. Lamentablemente para ellos, tuvieron tan mala suerte que éstas rebotaron sobre el océano en su misma dirección. Los detonadores se habían activado por el impacto, de manera que cuando tocaron a los aviones estallaron, dañando la metralla a los aviones e hiriendo a los pilotos. Al caer sobre el océano, fueron capturados por el personal del submarino y hechos prisioneros.

Aunque el problema del rebote continuó hasta que los ingleses no diseñaron una bomba diferente, parece ser que éste fue el único caso de auto-ataque involuntario.

sábado, septiembre 12, 2009

Tranquilidad subterránea

Durante el año de 1944 las tropas alemanas en Italia defendieron la denominada Línea Gustav con obras de ingeniería de enorme envergadura. Expertos en defensa en profundidad, construyeron túneles por debajo de las montañas, fuertes en cada loma, campos minados, alambradas y trampas antitanque. Los túneles eran verdaderas fortalezas en donde se acumulaban provisiones, medicamentos y municiones; estaban reforzados con vigas de acero y durmientes de vías de ferrocarril. A pesar de los enormes ataques de la artillería aliada, nunca pudieron ser destruidos.

Según palabras del mismo general Clark, "más tarde supimos que durante uno de nuestros ataques de bombardeo y artillería más intensos (un ataque en el que arrojamos todo el peso que nuestras fuerzas pudieron reunir contra una zona objetivo relativamente pequeña) en un depósito subterráneo de la montaña un grupo de oficiales alemanes jugaba a las cartas. No se levantaron de la mesa durante todo el transcurso del ataque; nuestro mayor esfuerzo ni siquiera logró desbaratar ese partido de cartas."

jueves, septiembre 10, 2009

Ayudando al enemigo de mi amigo

Hasta 1938, Alemania tuvo una misión militar en China, adiestrando los soldados del general nacionalista Chiang Kai-shek. Desde 1928, estas tropas estuvieron enseñando a los chinos el arte de la guerra, incluso suministrándoles indumentaria como cascos y artillería.

Lo curioso es que existía una extraña relación entre todos los actores. China estaba pasando por una guerra civil, ya que el gobierno nacionalista estaba luchando contra los comunistas (esta fue, posiblemente, la razón por la cual Alemania continuó ayudando a este país al llegar Hitler al poder). Por otra parte, China y Japón entraron en guerra a mediados de 1937.

En 1938, bajo la presión diplomática de Japón, Alemania aceptó dejar de adiestrar a los chinos. En 1940, Japón se integraría al eje Roma-Berlín. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y lo enseñado a los chinos ayudó grandemente a resistir al invasor.

lunes, septiembre 07, 2009

El secreto del combustible artificial

Muchas personas no saben que gran parte del combustible y lubricantes utilizados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial eran artificiales.

País netamente importador de petróleo, Alemania siempre tuvo como desafío satisfacer sus necesidades energéticas. Después de la Primera Guerra Mundial, momento en el cual se hizo evidente la necesidad de contar con combustible para aviones, camiones, tanques, etc. (pues el motor de combustión alcanzó su mayoría de edad y se impuso en este conflicto), diferentes iniciativas confluyeron en la búsqueda de una solución.

Dos de ellas fueron las más utilizadas, ambas utilizando carbón, que era relativamente fácil de conseguir por motivos geográficos:
  • la hidrogenación del carbón, convirtiendo el mineral en un líquido. Esto se logra agregando una serie de aceites pesados y catalizadores al carbón, y mezclándolos a temperaturas por encima de los 400º, en usinas fabricadas a tal fin. El proceso da como resultado un compuesto líquido que tiene dos átomos más de hidrógeno. Este proceso se denomina proceso de Bergius, por un químico alemán que lo descubrió en 1913, y luego ganó el premio Nobel de Química en 1931 (compartido).
  • la licuefacción del carbón, por un proceso denominado Fischer-Tropsch, por dos químicos alemanes que lo investigaron en la década de 1920. Este complicado proceso químico implica convertir en gas al carbón (también se puede usar madera, como fue el caso alemán, para cuyo fin se usaron tanques en desuso). Luego este gas sintético (mezcla balanceada de hidrógeno y monóxido de carbono) se combina con una serie de catalizadores (generalmente hierro o cobalto), y por una serie de procesos físicoquímicos esta mezcla se convierte en un hidrocarburo ligero (etanol), el cual es procesado una y otra vez, hasta hacerlo más pesado y convertirlo en gasolina o incluso en diesel.
Por años, aunque la Alemania Nazi se esforzó por apoderarse de los campos petrolíferos soviéticos y de otros países de Europa del Este, no logró grandes resultados en ese campo. Irónicamente, nunca apuntó sus armas al Medio Oriente, porque allí no se conocían todavía la existencia de grandes masas de petróleo y gas natural. Durante los crudos años de la Segunda Guerra Mundial, las fábricas de combustible artificial permitieron que incontables aviones, tanques, camiones y otros vehículos se mantuvieran en movimiento, incluso cuando Alemania no tenía grandes proveedores regulares de petróleo. Hacia el final de la guerra, sin embargo, esto no fue suficiente, y la falta de combustible causó no pocos problemas.

Luego de la caída de Alemania, estos procesos industriales fueron casi totalmente olvidados, debido al descubrimiento de grandes campos petrolíferos como los ya mencionados en Medio Oriente, y el aprovechamiento de otras fuentes asociadas, principalmente el gas natural, que resultaba mucho más barato.

Sin embargo, ahora estos procesos son vistos como una alternativa renovable a la prevista escasez y desaparición del petróleo. Uno de los principales problemas técnicos es la relativamente grande (dependiendo del proceso) emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Algunas empresas están trabajando para neutralizar al menos en parte esta situación, tratando también de simplificar los procesos y abaratar sus costos. Esto hace que no sea descabellado pensar que el día de mañana nuestros vehículos se muevan, totalmente o en parte, con un combustible creado por una tecnología que tiene casi cien años de antigüedad.

viernes, septiembre 04, 2009

Primeros derribos

Apenas comenzada la invasión de Polonia, la gran cantidad de actividad aérea proporcionó muchas oportunidades de derribo a ambos bandos. Los tres primeros se produjeron en contados minutos.

Irónicamente, los alemanes anotaron su primera victoria aérea a cargo de un bombardero en picada Stuka. Al regresar de una temprana misión de bombardeo, aparatos del I./StG2 sobrevolaron sin darse cuenta un aeródromo polaco secreto, en el cual se habían dispersado parte de los aparatos de este origen. El líder de la formación en tierra, al escuchar los motores, hizo despegar a sus pilotos para iniciar una persecusión. Al poco tiempo, sin embargo, el capitán Mieczyslaw Medwecki era derribado por un Stuka que se posicionó detrás suyo, explotando su PZL P.11 y muriendo en el acto. El responsable de este derribo fue el teniente Frank Neubert, que pilotaba uno de los Stukas de la formación.

Un compañero del capitán
Medwecki sobrevivió al ataque, y se retiró buscando otras presas, más arriba. El teniente Wladek Gyns se encontró así con dos bombarderos bimotores Dornier Do 17E, que volvían de atacar Cracovia. Aparentemente estos no estaban debidamente escoltados y posiblemente sus tripulaciones estaban distraídas, pensando que no habría resistencia polaca y su misión había terminado. Gyns ametralló a ambos, pero los perdió de vista cuando se ocultaron detrás de una colina, y no pudo apreciar si les había hecho daño. Poco tiempo después, ambos aparatos se estrellaban apenas separados por 100 metros, indicando el primer derribo doble de los polacos.

Por varios días más, este tipo de enfrentamientos a pequeña escala continuaría, hasta que Inglaterra y Francia se unieron tímidamente al conflicto. Entonces se dieron nuevas oportunidades para anotar las primeras victorias de otros pilotos.

El 4 de septiembre de 1939, una formación de Me-109 basados en el Mar Báltico interceptó a dos bombarderos ingleses Wellington. Dos pilotos derribaron uno cada uno, aproximadamente a mismo tiempo (18:15 horas). Al regresar a tierra, se le concedió el honor de entrar en la historia al sargento Alfred Held, como el primer alemán en derribar un avión inglés en ese conflicto. El otro piloto, sargento Hans Troitzsch, fue relegado a ser el segundo. Held, sin embargo, moriría el 17 del mismo mes, víctima de un accidente, logrando entrar en la historia de la Luftwaffe con un sólo derribo.

Terminada la guerra, el superior de ambos en esa época, comandante Carl Schumacher, declaró que siempre había creído que era Troitzsch, y no Held, el que debería haber tenido los honores.

miércoles, septiembre 02, 2009

El Stuka Lied, por Casus Belli

Este año se cumplen 70 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Como ya habrán visto, he podido dedicar mi tiempo a actualizar y añadir artículos sobre diferente armamento de la época, tratando de equilibrar lo menos conocido y lo más conocido.

En conmemoración de esta fecha, 1º de septiembre, y gracias a que ahora tengo los medios necesarios, me di el gusto de cumplir un pequeño sueño y traerles un nuevo video, acerca del avión que inició el conflicto, lanzando las primeras bombas y derribando los primeros aviones enemigos: el Ju-87 Stuka. Con el video está el himno que se creó para este avión y sus pilotos, traducido lo más exactamente que pude. Espero que lo disfruten. Lamentablemente, no sé si podré seguir actualizando el sitio durante el resto del año, o si podré escribir todo lo que tenía en mente, pero creo que pude hacer un trabajo bastante bueno teniendo en cuenta todo lo que pasó, bueno y malo.


Stuka Lied (subtitulado) por Casus Belli from Gastón Flores on Vimeo.

martes, septiembre 01, 2009

El inicio de la Segunda Guerra Mundial

El comienzo de la Segunda Guerra Mundial estaba fechado para el 26 de agosto de 1939. Por supuesto que Adolf Hitler, el mayor responsable, no sabía que la invasión alemana de Polonia iba a desatar una guerra mundial, aunque tal vez lo intuía. De todas maneras, el verdadero comienzo de este evento tan destructivo estuvo rodeado de muchas extrañas situaciones que marcan varios inicios falsos del conflicto.

Hacia principios de 1939 Alemania había abandonado el tratado de no agresión con Polonia, y había comenzado una carrera diplomática para justificar lo injustificable. Hitler había señalado al 26 de agosto como el comienzo del ataque a Polonia. Hasta último momento había pedido demasiado a los diplomáticos británicos, sabiendo que estos y los polacos se negarían a sus reclamos.

Con las divisiones del ejército en marcha, Hitler recibió a las 6 de la tarde del 25 de agosto, dos noticias bastante nefastas. Primero fue una carta de Benito Mussolini, quien le advertía que Italia no podía entrar en guerra sino hasta 1942 (el mismo Hitler había marcado a sus oficiales superiores que la fecha de la guerra sería 1945, cuando su maquinaria bélica estuviera más madura, pero luego no cumplió su promesa; por su parte el Duce puso una excusa similar diciendo que su país no estaba listo todavía). La segunda noticia fue que Inglaterra y Polonia habían acordado firmar un acuerdo de asistencia mutua, lo que hacía imposible el deseo del Führer de que los ingleses no entraran en guerra con Alemania.

Con unas 60 divisiones avanzando hacia la frontera, Hitler dio la orden de detener todo, lo que fue cumplido con mucho esfuerzo por parte de sus oficiales. Sin embargo, al menos una unidad de comandos protagonizó un curioso evento. Enviados a tomar el paso de Jablunka, en un sitio muy escarpado de la frontera que albergaba una estación de radio y un destacamento polaco, aparentemente no recibieron la orden de radio.

La mañana del 26 de agosto, este destacamento de soldados a las órdenes del coronel Albrecht Herzner capturó la población y su estación de trenes. Como su misión era secreta y la orografía aparentemente muy mala, el grupo había salido varios días antes, para hacer coincidir su llegada con la planeada invasión. Las montañas pueden haber contribuido al hecho de que sus superiores no lograran contactarlos por radio. Lo cierto es que los comandos tomaron el destacamento, pero para el mediodía la esperada vanguardia alemana no había aparecido y los 2.000 prisioneros polacos seguían insistiendo en que nada sabían de la guerra entre ambos países. Finalmente, al coronel le llegó la orden de retirarse discretamente. Curiosamente, este asalto no volvió a repetirse el 1º de septiembre, sino recién el 2, y posiblemente tuvo una preparación diferente para no alertar a los ya prevenidos polacos.

Esto no fue más que una muestra de lo que vendría. Las operaciones de comandos para justificar el inicio de la guerra estuvieron a la orden del día pocos días más tarde. Hitler intentó nuevamente lograr concesiones irrealizables por parte de los polacos, fechando en el 1º de septiembre la invasión definitiva.

El día anterior, numerosos grupos de comandos de las SS crearon gran confusión en la frontera. Un hecho en particular sobresale al mostrar la desesperación de Hitler en crear excusas para la imposible agresión polaca.

El primero tuvo lugar a las 20 horas del 31 de agosto en Gleiwitz, una población alemana de la frontera. Alfred Naujocks, un oficial de la SS, dirigió a un pequeño grupo de soldados (aparentemente, 8 o 10, varios de los cuales eran convictos) vestidos con uniformes polacos, a tomar la estación de radio de dicho lugar. Los asaltantes llegaron al lugar y lo capturaron, ejecutando en el momento a un supuesto soldado alemán (en realidad era un prisionero adormecido con drogas y vestido como soldado). Una vez dentro de la estación, un soldado leyó al aire una declaración en polaco, diciendo que es momento de que Alemania y Polonia se enfrenten. Luego, los soldados de las SS hicieron algunos disparos (algunas fuentes dicen que ejecutando a los convictos, que ahora se hicieron pasar por soldados alemanes). Después de esto, huyeron con dirección a la frontera polaca. Los cuerpos quedaron tendidos y listos para ser usados como evidencia por las autoridades alemanas. Todo el poblado ha sido testigo de la agresión, y la noticia corre como reguero de pólvora.

A Naujocks la orden le había llegado el 10 de agosto, pero no fue el único que ejecutó órdenes similares. Estos comandos, aunque aparentaban ser polacos regresando a su lado de la frontera, una vez fuera de vista torcían su recorrido y volvían a bases alemanas.

Al día siguiente, Hitler tenía excusas suficientes como para declamar que esa noche tropas regulares polacas habían atacado Alemania, estipulando que a partir de las 05.45 de la madrugada se había iniciado la confrontación entre ambos países. Este anuncio se hizo a las 10 de la mañana en el Reichstag.

Se tiene por horario oficial de la Segunda Guerra Mundial esa hora, que fue en la cual se comenzó el cañoneo de posiciones polacas. Curiosamente el encargado de esto fue un viejo acorazado escuela de la Gran Guerra, que estaba amarrado en Danzig, el Schleswig-Holstein. Su objetivo eran polvorines polacos en la cima de una colina, a sólo 250 metros de sus bocas de fuego de 280 mm. En realidad, el acorazado aparentemente disparó a las 04.57 (hora local)

Sin embargo es un hecho poco conocido que, 21 minutos antes, una escuadrilla de aviones Stuka despegó de una base de Prusia Oriental. Su objetivo era un puente de hierro sobre el río Vístula, a 8 minutos de vuelo. Allí debían evitar que los polacos, que habían montado un sistema de demolición, lo destruyeran, y para eso debían cortar el alambre que iniciaría las detonaciones. Aunque tuvieron éxito en esta misión (que incluso se adelantó al horario oficial), de poco sirvió porque a las 6.30 los polacos pudieron dinamitar el puente.

Dos días más tarde, el 3 de septiembre de 1939, Inglaterra y Francia le declaraban oficialmente la guerra a Alemania, comenzando así la verdadera guerra mundial.

lunes, agosto 31, 2009

Ingenio a toda costa

Luego del cruce de los Alpes, Aníbal fue engañado por sus guías y cayó en una trampa tendida por los romanos, quedando acorralado en un valle cuyas únicas salidas estaban controladas por los ejércitos de Roma. Lo que podría hacer sido una masacre y una espantosa derrota fue convertida por el famoso estratega en una aplastante victoria. En medio de la oscuridad de la noche, soltó en las montañas a 2.000 vacunos con antorchas encendidas atadas a los cuernos. Los romanos, al ver la estampida de semejante manada de bestias infernales, huyeron aterrorizados y le dejaron libre el paso a Aníbal.

sábado, agosto 29, 2009

Sol de Austerlitz

Durante la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805, ocurrió un hecho curioso que quedó grabado en la historia militar.

Luchando el ejército de Napoleón contra las tropas del emperador Alejandro I de Rusia y de Francisco II de Austria (por lo que se la conoció como "la batalla de los tres emperadores"), el genial militar francés logró, con hábiles maniobras, confundir y separar ambas formaciones, atacándolas por separado. Parte de las fuerzas rusas fueron empujadas hacia una zona de estanques de agua congelada. El penetrante calor del "sol de Austerlitz" provocó el debilitamiento de la capa de hielo sobre las que combatían las tropas rusas, que no podían romper el cerco francés pero resistían encarnizadamente.

Hacia el anochecer, muchos soldados rusos intentaron escapar por los pantanos congelados, rompiéndose en muchas partes el hielo a causa del peso. En un arrebato de astucia estratégica, Napoleón ordenó a su artillería que abriera fuego contra la capa de hielo, apresurando así la muerte de muchos enemigos.

Las consecuencias fueron importantísimas para el desarrollo de la campaña. El Imperio Ruso perdió 10.000 hombres, y 6.000 las fuerzas austríacas. Esta última nación se vio obligada a firmar la paz con Francia, retirándose de la alianza que varios países europeos habían firmado para luchar contra el Imperio Napoleónico.

jueves, agosto 27, 2009

Doble reconocimiento

Durante la batalla de Alejandría del 21 de marzo de 1801, en donde se enfrentaron las fuerzas inglesas y francesas, se registró una batalla tan encarnizada que dio lugar a dos hechos muy curiosos.

Como el ataque fue al atardecer, en la oscuridad el regimiento inglés de infantería 28 (Gloucestersshires) se vio atacado por el frente y por detrás. Como mantuvieron sus posiciones a toda costa, más tarde esta conducta les valió el honor de llevar dos distintivos de regimiento, uno en el frente u otro en el dorso del morrión.

Así, la lucha alcanzó tal intensidad que pronto los dos ejércitos agotaron sus municiones. Se adoptó la opción más lógica: las unidades francesas y británicas prosiguieron la batalla a pedradas, lo cual produjo algunas bajas. Finalmente, la victoria fue británica.

martes, agosto 25, 2009

Duda razonable

El general francés Jean Martiner era un hombre muy odiado por sus soldados, debido al entrenamiento severo que les daba a los soldados de Luis XIV para mantenerlos en forma. Se sabe que fue víctima del fuego de artillería de sus propios hombres cuando encabezaba una carga, pero no hay datos suficientes como para afirmar que fue algo más que un error.

lunes, agosto 24, 2009

Nueva dirección: www.cssbl.com

En estos días he sumado a la web el dominio: www.cssbl.com (también disponible en cssbl.com). Es la misma web, así que no tienen que temer nada. De todas maneras, les aviso para que nadie crea que me la han robado (ha habido casos por ahí de cosas similares), ni de nada parecido. No es más que otra posibilidad de encontrar la página a través de los buscadores, ahora en búsquedas internacionales (ya que el .com.ar tiende a ser visto mejor solamente en Argentina).

domingo, agosto 23, 2009

Profecía autocumplida

En el año 413 a. C., las huestes atenienses de Demóstenes estaban sitiando Siracusa. Sin embargo, las cosas no estaban funcionando bien, pues su ejército se encontraba semicercado a causa de los refuerzos que recibía el enemigo. Para colmo, una enfermedad estaba minando las fuerzas atenientes en la zona.

De manera que Demóstenes convenció al comandante supremo, Nicias, de levantar el sitio antes de ser arrollados por el enemigo. Cuando se estaban retirando, ocurrió un eclipse de luna, que Nicias consideró de mal agüero; de forma que decretó un aplazamiento de la retirada por espacio de "tres veces nueve días", que prescribieron los adivinos. A pesar de la desesperación de Demóstenes, el ejército ateniense, Nicias y él mismo, no tardaron en pasar a mejor vida.

viernes, agosto 21, 2009

Fatal honor

El único hombre que la Armada de los Estados Unidos colgó por motín fue un hijo de un secretario de Guerra. En 1842, el guardiamarina Phillip Spencer fue declarado culpable, junto con otros dos marineros, de conspirar para usar su barco, el USS Somers, en actos de piratería.

miércoles, agosto 19, 2009

El francotirador más certero de la historia

Una figura muchas veces ignorada de la historia, sobre todo teniendo en cuenta su participación en un rincón de la Segunda Guerra Mundial muchas veces olvidado, es Ximo Häyhä, quien debería ocupar el primer lugar en la lista de francotiradores mundiales, y también el primero en la Segunda Guerra Mundial, si se considera la Guerra Ruso-Finesa como parte de dicho conflicto. Durante esta guerra, Ximo derribó a 505 efectivos soviéticos (aunque otras fuentes hablan de 542). Además, mató a 200 más utilizando un subfusil, arma con la cual también demostró su pericia. [Gracias a Baltasar Mendez por todos los datos enviados]. Los soviéticos lo conocían simplemente como la muerte blanca; como era de escasa estatura (apenas pasaba del metro y medio), la tarea de esconderse no era era difícil.

Curiosamente, es posible que tenga otro record al ser el francotirador más logevo, ya que sobrevivió a la guerra, incluyendo una grave herida, y murió pasados los 90 años. El último día de la guerra fue alcanzado por una bala expansiva que le fracturó la mandíbula. Fue considerado, con justa razón, un héroe en Finlandia, retirándose como sagundo teniente y dedicándose posteriormente a la caza, su mayor hobbie. Incluso hoy existe un torneo de caza que lleva su nombre.

A diferencia de muchos de sus adversarios, Ximo no utilizaba rifles de gran precisión. Durante toda su carrera utilizó un rifle finés sin mira telescópica, un Mosin Nagant M28, y rechazó los modelos soviéticos capturados que pretendían darle.

Hay que tener en cuenta a otro finés, Sulo Kolkka, quien en el mismo conflicto ruso-finés mató a más de 400 soviéticos con un rifle Mosin Nagant sin miras especiales (al igual que Ximo).

Los soviéticos por su parte también tuvieron grandes francotiradores que le hicieron difícil la contienda a los alemanes. Curiosamente, utilizaban para esta tarea su propia versión del fusil Mosin Nagant, de retorcida historia durante todo el siglo XX.

El francotirador soviético más famoso de la época y tal vez de la historia es posiblemente el siberiano Vasili Zaitsev, de la división de Batiuk. Su historia aparece ficcionada en la película Enemy at the Gates (traducido como Enemigo al acecho). Prometió matar a 150 alemanes antes de la celebración de la Revolución de Octubre (de 1942), pero llegó apenas a 149. Hubo un verdadero culto a la imagen del francotirador y a él en persona, tanto que aparentemente los alemanes enviaron a su mejor francotirador (un oficial llamado Konig o Thorvald) para matarlo. Sin embargo, ganó el soviético. Este mito es explotado en la película, aunque no hay datos alemanes que lo sustenten: al parecer fue toda una invención de la propaganda ya que no existen registros de un oficial alemán con ninguno de esos nombres. Finalmente, Zaitzev terminó la guerra con 400 muertes confirmadas, aunque hubo varios compañeros de su causa que llegaron a mucho más, como Ivan Sidorenko (500) o Nikolay Yakovlevich Ilyin (496).

Es interesante descubrir que hay muchas mujeres soviéticas en la lista de los francotiradores más mortales, debido a la gran cantidad de mujeres reclutadas para la defensa de su país. De ellas la más exitosa fue la ucraniana Lyudmila Pavlichenko, con 309 muertes confirmadas.

lunes, agosto 17, 2009

Respeto a la figura del Libertador

Luego del fallecimiento del General José de San Martín (17-08-1850), las autoridades argentinas decidieron comprar la casa donde había muerto, en Boulogne-Sur-Mer, Francia, y mandar construir un gran monumento en la costa de dicha ciudad. El mismo fue majestuosamente inaugurado; casi sobre la playa, es uno de los pocos de la ciudad.

Durante la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de estar a la vista de todos, sobrevivió el implacable bombardeo aliado de la costa, siendo prácticamente la única estructura intacta de la zona. Más adelante, cuando los alemanes saquearon las ciudades en búsqueda de materiales estratégicos como el bronce, no tocaron el monumento; no se sabe si por respeto a las figura del prócer o para no herir la sensibilidad del gobierno argentino, el cual había sido un aliado en las sombras para los nazis, evitando así provocar un incidente internacional.

viernes, agosto 14, 2009

Multa por exceso de velocidad

Dos oficiales británicos de la policía se vieron envueltos en 1999 en un incidente muy inusual cuando hacían un patrullaje de rutina, controlando la velocidad de los automóviles en la carretera de Londres a Edimburgo.

Uno de ellos, que utilizaba un radar de mano para chequear la velocidad de los vehículos que se aproximaban, se sorprendió mucho cuando registró una velocidad realmente excesiva: cerca de 450 km/h (300 millas por hora). El aparato, a pesar de todos los intentos, no pudo ser reparado ni reseteado. En realidad, el radar se había posado sobre un avión Tornado de la OTAN que realizaba ejercicios de práctica de vuelo a bajo nivel sobre Escocia.

Los oficiales de la policía, sin manera de saber esto, se retiraron del lugar, con el equipo aparentemente averiado. Tampoco tenían manera de saber que la computadora táctica de la aeronave no solamente detectó e interfirió el radar "hostil" (la causa real del "desperfecto"), sino que automáticamente armó un misil aire-tierra para neutralizar la supuesta amenaza.

Atento a esto, el piloto desactivó el sistema automático. Sólo días después las dos partes se enteraron de lo que había sucedido del otro lado.

miércoles, agosto 12, 2009

Enemigos en común

En Vietnam, tanto los estadounidenses como las tropas comunistas locales tenían un enemigo en común: la selva y la fauna local. De las 133 serpientes que pueblan la zona, 131 eran venenosas. Ni qué decir de los tigres, de los cocodrilos que infestaban las aguas, y un largo etcétera.

Otro problema a combatir eran los insectos. Estos no sólo podían transmitir enfermedades, sino que también molestaban y debilitaban a los soldados. Combatirlos se convirtió en una gran prioridad de las tropas estadounidenses en el campo. Esto se facilitó en parte cuando descubrieron que las granadas de humo verde (y sólo las de este color) los espantaban, y rápidamente estas granadas se hicieron sumamente populares. Este detalle puede apreciarse a veces en las fotografías de los transportes de personal.

lunes, agosto 10, 2009

Actualización de agosto

A veces las cosas se demoran un poco, pero llegan.

La actualización de este mes es sobre el cañón FlaK 40, el cañón antiaéreo de mayor calibre de la historia, el cual fue montado en muchas de las torres antiaéreas alemanas duranta la Segunda Guerra Mundial. Artículo viejo y sin muchos detalles, que merecía la pena corregir y aumentar.

Para septiembre, preparados para una gran sorpresa el 1º de Septiembre, aniversario de ya saben qué.

sábado, agosto 08, 2009

El avión con el cañón de mayor calibre

Es el cañonero AC-130 de la USAF, que se puso en servicio durante la Guerra de Vietnam para reemplazar a los ya obsoletos AC-47 en su papel de apoyo cercano a la infantería. Porta un cañón de 105 mm, permitiendo lanzar fuertes ataques tácticos allí donde se lo necesite, demás de dos cañones de 25 mm y uno de 40 mm.

Este tipo de aviones, aunque tienen un costo elevado, están constantemente siendo mejorados de diversa manera.

jueves, agosto 06, 2009

La mayor batalla de tanques de la historia

Aunque las guerras nunca dejan de ser sangrientas, ninguna ha podido igualar el tipo de despliegue de ciertas partes de la Segunda Guerra Mundial.

En este sentido, es díficil imaginar la repetición de un incidente como el de la batalla de Prokhorovka (12 de julio de 1943), dentro de la campaña alemana por eliminar la saliente de Kursk en el Frente Este, durante la Segunda Guerra Mundial.

Se calcula que 700 tanques de ambos lados fueron destruidos; en un pasillo de 8 millas todo quedó quemado, lo cual hizo que los soviéticos la conocieran como "La carnicería de Prokhorovka". Del lado alemán, las pérdidas fueron las más grandes, como lo desearon los soviéticos al diseñar la batalla defensiva: se perdieron 300 tanques (muchos de los cuales eran del modelo Tiger, el más nuevo y el mejor del mundo en ese momento), además de 88 cañones y 300 camiones. Por otra parte, más del 50% del 5º Ejército de Carros de la Guardia, la unidad soviética enfrentada, fue destruida. Se calcula que durante toda la ofensiva alemana de julio se perdieron 645 tanques y 207 cañones de asalto, que nunca pudieron ser recuperados.

martes, agosto 04, 2009

La pistola más barata del mundo

La tecnología militar se asocia a la precisión y la confiabilidad, pero no siempre es así en la vida real. En situaciones especiales, también pueden servir las peores armas para hacer la guerra.

Este fue el caso de la Liberator, considerada la pistola más barata del mundo, alcanzando un precio de 2,4 dólares de la época. De ella se produjeron 1,3 millones en apenas 3 meses, a manos de unos 300 operarios.

Utilizada durante la Segunda Guerra Mundial, estaba completamente hecha de metal estampado, y tenía sólo 23 piezas, la mínima cantidad necesaria para su funcionamiento. Fue aprobada por el gobierno de EEUU, con una misión muy sencilla: ser arrojada en paracaídas en todos los territorios en donde hubiera resistencia contra el ejército invasor (alemán o japonés), en donde sería recogida por los partisanos. Su notoria imprecisión no era obstáculo: se la había pensado para ser usada a quemarropa. La idea era que el partisano se acercara a un soldado enemigo desprevenido, lo matara por la espalda con uno o dos disparos, robando luego su arma y escapando.

Era extremadamente fea y dura, tanto que al disparar era capaz de dañar los dedos del usuario. No era la única de sus limitaciones. La Liberator usaba munición calibre .45, la cual era tremendamente mortal a corta distancia (el alcance del arma era de menos de 8 metros). Esto se debía a un cañón de cuatro pulgadas que, para colmo, no estaba estriado. El arma podía almacenar 10 cartuchos en la empuñadura, permitiendo que el proceso establecido para robar armas al enemigo pudiera ser repetido varias veces. Esto era importante: según un experto, era la única arma del mundo que tardaba más en ser cargada que en ser fabricada. Esto puede ser cierto, teniendo en cuenta que el ritmo de producción era una unidad por pocos segundos, y el duro sistema que empleaba.

La enorme producción de este arma no fue utilizada como se suponía. La OSS (precursora de la CIA) no la consideró útil, y no fue distribuída de la manera planeada, al menos en Europa. Solamente en las Filipinas y en China fue entregada, en números relativamente importantes, a las fuerzas insurgentes.

Actualmente, una de estas pistolas puede valer varios miles de dólares, si está en buena condición y en su empaque original, debido a que la mayoría fueron destruidas luego de la Segunda Guerra Mundial.

domingo, agosto 02, 2009

El espía mejor pagado de la historia

Este record es bastante difícil de dilucidar, por obvias razones. Sin embargo, sí se puede intentar establecer teniendo en cuenta el espionaje solamente durante períodos de guerra.

En este sentido, uno de los mejor pagados fue posiblemente el albanés de nombre Diello, que trabajó para los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial por unos 5 meses, recibiendo a cambio 500.000 dólares en libras esterlinas (una cifra que, en la época, significaba muchísimo más que ahora). Su nombre clave era Cicerón, y su trabajo era microfilmar documentos de la embajada de Inglaterra en Turquía; Diello era mayordomo del embajador y se había ganado su confianza pacientemente. Cuando fue descubierto, solamente lo despidieron, pero le dio a Alemania importante información sobre lo que pretendían hacer los Aliados.

Sin embargo, hubo en esto una serie de ironías históricas. A Cicerón se le pagó con libras esterlinas falsas, fabricadas en masa por parte del gobierno alemán (a través de las SS), en un esfuerzo por debilitar la estructura económica de Inglaterra. Si bien las primeras copias eran muy malas, se hicieron muy buenas con el tiempo, llegando a ser indetectables. De todas maneras, los ingleses supieron usar los movimientos de Diello y sus monedas falsas para descubrir otras redes de espionaje en países neutrales o amigos.

Pero allí no terminó todo. En 1949 Cicerón presentó una denuncia contra el gobierno alemán por la causa de las libras falsas, una actitud lógica, pero realmente pintoresca en medio de todo el asunto. Mucho del asunto fue desclasificado en 1992, 50 años luego de sucedidos los acontecimientos. De allí se pudo saber que en realidad, de toda la información que Diello había dado a los alemanes, solamente un 15% había resultado ser verdadera.

Gracias por la información y la corrección a José Luis Montero de Ahumada

viernes, julio 31, 2009

Una casta submarina

El submarino fue introducido en la Marina Real de Inglaterra casi con la misma oposición con la que se introdujo el tanque al ejército. Los tradicionalistas buscaban cualquier excusa para negar los beneficios de esta nueva arma, apegándose a creencias totalmente erróneas. Y si eso no funcionaba, los insultos también se usaban.

Se dijo entonces del submarino que era un arma de poco poder, "clandestina, submarina y endemoniadamente no-inglesa". Se decía que era escandaloso usar un arma que atacaba en silencio, sin dar una oportunidad al enemigo de defenderse. Ser un tripulante de submarino se veía como una profesión no propia de un caballero.

Como sucedió en muchas otras ocasiones, estos militares desclasados y rechazados crearon una comunidad cerrada, orgullosos de ser relegados y de hacer el trabajo sucio de los demás. Surgieron varias tradiciones. Curiosamente, con el tiempo se puso de moda volver a puerto ondeando una bandera pirata, como símbolo de desafío irónico a los que los atacaban por ser poco caballerosos.

Muchos años más tarde, esta maniobra fue malinterpretada por la prensa internacional cuando el Conqueror, submarino que hundió al crucero argentino Belgrano, regresó a Inglaterra.

miércoles, julio 29, 2009

Record de buques hundidos

Debido al enorme tamaño del conflicto, es díficil pensar en alguien que pueda igualar lo logrado durante la Segunda Guerra Mundial en ciertos aspectos.

Uno de estos récords no igualados es el del teniente de navío Otto Kretschmer, comandante del U-99 (y previamente del U-23): se le acredita, a él y a su tripulación, el hundimiento de 54 naves (47 de ellas confirmadas), con un desplazamiento total de entre 314.000 y 352.500 toneladas.

Kretschmer fue conocido por dos cosas: sus ataques de precisión, en los cuales usaba un sólo torpedo para cada buque, y su camaradería en alta mar, ya que ayudaba a los náufragos de sus ataques, orientándolos hacia la tierra más cercana y dándoles provisiones.

Estas victorias fueron logradas en los primeros días de la Batalla del Atlántico, cuando los submarinos alemanes encontraban presas relativamente fáciles en los convoyes británicos. Sin embargo, al entrar en la guerra la enorme capacidad material y científica de EEUU, todo se hizo más difícil: en pocos meses, los cuatro mejores comandantes de submarinos alemanes (incluyendo a Kretschmer y a Günther Prien, el héroe de Scapa Flow) fueron muertos o capturados.

El U-99 fue hundido la noche del 16 de marzo de 1942, junto con el U-100. Al agotarse todos sus torpedos, el destructor HMS Walker (bajo el mando del capitán de fragata MacIntyre) lo dañó severamente utilizando cargas de profundidad, pero el submarino pudo salir a flote y evacuar a su tripulación.

Kretschmer logró salir a último momento, preocupándose principalmente por su tripulación, con su gorra de capitán y los prismáticos que el mismo almirante Dönitz (comandante en jefe de la Kriegsmarine) le había regalado. Por su impecable carrera había sido condecorado con la famosa Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, de las que solamente fueron entregadas 27 durante toda la guerra.

Se dice que, sentado a la mesa con el mismo comandante MacIntyre, demostró ser tan temible con sus cartas en el brigde como lo era con sus torpedos en el Atlántico.

martes, julio 28, 2009

El tanque más grande del mundo

Este record está un poco en disputa, si tenemos en cuenta que hubo varios tanques que compiten en diversas categorías de peso, longitud, altura, etc. Además, tenemos que tener en cuenta que algunos nunca entraron en producción ni se usaron en combate. Sin embargo, podemos mencionar a tres de los más grandes:

En primer lugar, tenemos al Maus (Panzerkampfwagen VIII), diseñado por Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial. Esta mole de 188 toneladas debía tener dos cañones montados en una misma torre (uno de 128 mm y otro coaxial de 75 mm, además de una ametralladora de 7.92 mm). Un motor de 1.200 HP sólo podía impulsarlo a 13 km/h, y tenía una autonomía de 160 km en carretera. Medía 10,09 metros de largo, 3,67 de ancho y 3,63 de alto. La mayor parte de su peso era blindaje, pues estaba pensado para ser invulnerable a cualquier arma antitanque que pudieran crear los Aliados.

Sin embargo, su principal enemigo fue el sentido común. Solamente se lograron construir dos prototipos, y estos demostraron los enormes problemas mecánicos, logísticos y de otro tipo que implicaba el uso de semejante vehículo. Uno de ellos era el hecho de que, de tener un problema mecánico, se hubiera requerido de dos tanques similares para rescatar al averiado. Cuando la guerra terminó, todavía se continuaba su desarrollo. No hay datos que confirmen fehacientemente que uno de los dos prototipos haya disparado sus armas (sólo uno tenía una torre operativa), y ambos fueron capturados por los soviéticos en su avance hacia Berlín. Actualmente uno de ellos puede verse en el museo de Kubinka, en Rusia.

Aunque la Alemania Nazi diseñó varios otros modelos de supertanques, ninguno de ellos pasó de la etapa de boceto en un tablero de dibujo.

Los otros dos tanques que compiten por el record, aunque no son contemporáneos, entraron en combate y rondan las 70 toneladas (un peso al que los tanques actuales se están acercando).

El primero y más conocido es el Tiger II (Panzerkampfwagen VI Ausf. B, también conocido como Königstiger o King Tiger). Con una longitud de 6,4 metros (10,286 si contamos el largo del arma), un ancho de 3,755 metros y una altura de 3,09 metros, tenía 5 tripulantes. En su versión final, pesaba poco menos de 70 toneladas.

Su producción no alcanzó las 500 unidades, y estas se encontraron con muchos de los problemas de sobrepeso de otros proyectos alemanes de la época. Como la fabricación fue apresurada, no se hicieron las suficientes pruebas, de manera que la suspensión, el motor y otras piezas motrices tenían a fallar definitivamente al poco tiempo de uso, resultando en muchos Tiger II destruidos por sus tripulaciones o capturados por el enemigo. De esta manera, su influencia en la Segunda Guerra Mundial, que estaba concluyendo para ese entonces, fue mínima.

Sin embargo, teniendo en cuenta el factor tamaño y tripulación (y sin olvidarnos del peso), podemos poner como ganador del record al FCM Char 2C francés. Desarrollado luego de la Primera Guerra Mundial, entró en servicio en la década de 1920, y fue usado, con poco éxito, durante el siguiente conflicto. Aunque solamente se construyeron 10 unidades, sus dimensiones han quedado en la historia.

Tenía un peso en orden de combate de 70 toneladas, portando un cañón de 75 mm (el más grande de la época para un tanque) y cuatro ametralladoras, con una gran provisión de munición para todas las armas. Había espacio de sobra: medía 10,27 metros sin contar el cañón (o 12 metros si se cuenta un patín trasero, diseñado para cruzar mejor las trincheras), 2,95 metros de ancho y 4 metros de alto. El record de mayor cantidad de tripulantes es suyo sin duda: 12 personas estaban a cargo de mantenerlo operativo (un conductor, un comandante, un artillero y un cargador para el cañón, cuatro ametralladores, un mecánico, un electricista, un asistente para ambos y un operador de radio). La enorme bestia, que merecía el sobrenombre dado de acorazado de tierra, requería de dos motores de 250 CV, que sólo podían impulsarlo a una velocidad de 12 km/h en carretera, con una autonomía de 150 km.

Por si fuera poco, antes de la guerra se intentó hacerlos más pesados, colocando una torre con cañón de 155 mm en uno y agregando más blindaje en otro. Ambos intentos pusieron al diseño al borde de las 75 toneladas, aunque solamente quedó operacional el segundo, ya que era el vehículo del comandante de la compañía (todos los tanques prestaban servicio en la misma unidad). Su escasa movilidad y excesivo tamaño los condenaron a una enorme ineficacia: según se sabe, prácticamente todos tuvieron que ser saboteados y destruidos por sus tripulaciones para evitar su captura, ya que eran extremadamente lentos en la fuga y las vías férreas de sus transportes habían sido destruidas. Solamente uno se sabe que fue capturado intacto, pero su destino se pierde en los finales de la Segunda Guerra Mundial, y su paradero es un misterio.

Los franceses también tuvieron otros diseños supergigantes, que no pasaron de la mesa de diseño y algunas maquetas, al igual que sucedió con los alemanes.