domingo, enero 04, 2009

Escupe hacia el cielo...

Hace varios días que tengo ganas de decir algo sobre lo obvio, lo que está ahí, pero espero y espero. Primero, no sabía qué sucedería; después, no surgían las palabras y no tenía tiempo.

Ahora sí.

Leo primero "Plomo fundido" sobre la conciencia judía. El autor es judío y pareciera que hago la gran "no quiero acusar a un judío para no parecer antisemita, por eso uso las palabras de otro judío". Pero no. Sé que hay judíos y judíos, así como hay argentinos y argentinos, musulmanes y musulmanes, ucranianos y ucranianos. Somos hombres, no religiones o naciones.

Como judío, el autor (León Rozitchner, me había olvidado) da su opinión acerca de temas muy judíos que realmente, no pretendo comprender cabalmente.

También hace mención a Karl Schmitt, a quien leí muy poco en la facultad (coincidencia? porque es medio derechoso, y la facultad, bueno, es medio zurda... y yo quiero estar más al medio para oir las dos campanas), y de Marx, a quien conozco un poco mejor. Pero más allá de lo básico, por motivos de profundidad, no quiero opinar, porque sinceramente no he leído lo suficiente sobre el primero.

¿Qué me queda entonces? Pues estar totalmente de acuerdo en su postura, de que Israel (como estado) reedita algo similar a lo ya vivido. No podemos comparar al Holocausto. Pero sí a una visión totalmente enemizante de ese otro allá detrás de la frontera. Si Israel hubiera estado pegadito a Alemania, Hitler y los suyos lo hubiera tenido mucho más sencillo. Ahora quien la tiene fácil es Israel, que está pegado al territorio palestino.

Hablamos de un estado soberano que ataca una de las regiones más densamente pobladas del mundo, que vive en una situación económica y social muy endeble, con muchos refugiados y constantemente dependiente de ayuda internacional. ¿Cón qué lo ataca? El otro día decía en un noticiero argentino que Israel gasta 20 millones de dólares diarios (en la fase del bombardeo aéreo). Decían también que ningún país puede permitirse ese gasto. Israel sí, justamente porque mucho del dinero que entra a sus arcas viene directamente de EEUU, ya sea en forma de armas, descuentos en la compra de las mismas, dinero contante y sonante o privilegios financieros y comerciales. No es raro entonces que los musulmanes hablen del Pequeño y del Gran Satán, ¿no?

Pero vuelvo al bombardeo "de precisión" sobre una de las zonas más densamente pobladas del mundo. Parece que volvemos a la década del 30 y finales del 40, en la cual todos los militares europeos creían ciegamente en la fórmula que decía que bombardear las ciudades enemigas minaba la voluntad de lucha del oponente. Pues, mirá vos, no funcionó antes. ¿Va a funcionar ahora? Una corresponsal árabe de CNN (en inglés) lo decía bien claro hoy. Cada día que pasa, Israel no hace más que crear palestinos que odian a los israelíes. Y esto lo agrego yo: palestinos amputados, huérfanos, sin hermanos, sin hijos, sin tíos, sin esposos o esposas, que el día de mañana no harán más que odiar a sus vecinos. Y a lo mejor no es un efecto colateral, sino justamente lo que buscan ciertos políticos israelíes. Porque si, como se dice, esta guerra se da porque Olmert está sucio por escándalos de corrupción y hay problemás políticos de cara a las próximas elecciones, es muy cómodo tener una amenaza externa para apuntar hacia otra parte.

Y vuelvo a lo del bombardeo. Hamas es una organización paramilitar que está firmemente enraizada en la población palestina. Israel tiene uno de los mejores sistemas de inteligencia del mundo. Me siento inclinado a creer que los políticos tienen mucha y buena información, pero la usan para tomar unas decisiones realmente calamitosas. ¿Es creíble que puedan destruir a una organización paramilitar que no se esconde en una selva, ni en un desierto, sino en una zona tan poblada? Pues no. A menos claro, que conviertas a esa zona poblada en un desierto. Algo que parece salir de las bocas de algúnos políticos cuando hablan de que no pararán hasta haber destruido la capacidad de Hamas de lanzar misiles a Israel. Con esto también justifican la ocupación terrestre: "solo vamos a invadir la parte desde donde se lanzan misiles". El problema es que la susodicha "Franja de Gaza" no es precisamente ancha y sigue toda la frontera de Israel: se pueden lanzar misiles hacia allí desde casi cualquier parte.

Dos cosas más sobre el bombardeo a una de las zonas urbanas más pobladas del mundo.

Primero, por más eficaces que sean actualmente los sistemas de armas, no son perfectos. Un hospital al lado de un edificio, le erras por medio metro, 50 centímetros, y condenas a demasiada gente. Ni hablar de las bombas que están usando, porque a menos que sean de las más nuevas que tienen cabezas explosivas muy ligeras, al pegarle a un edificio haces que toda la manzana tiemble, se dañen las estructuras, haya derrumbes, o directamente se caigan enteros. Más que daño colateral, pareciera que a los políticos le importa todo el efecto de la onda expansiva.

Llama mucho la atención que, si al menos no respetan las vidas humanas del enemigo, no respeten su voluntad de luchar y no respeten la condición humana que los hace potencialmente muy vengativos. Reglas de la guerra de guerrillas que no se están aplicando. Algo que realmente me extraña mucho de las operaciones militares israelíes, que hasta hace un tiempo se caracterizaban por ser muy ingeniosas, pulcras, estudiadas, planeadas. Algo me dice que han perdido el norte.

Segundo, ¿quién bombardea una mezquita a la hora de oración? Porque eso realmente ya suma demasiado. Dicho en argentino, es ser un hijo de puta. Es militarmente justificable que digan que había armas dentro, o que había un líder muy importante, etc. Pero, ¿justo cuando están rezando?

Cierro con esto. Siguiendo a Rozitchner. Antes del inicio de las hostilidades, por lo que tengo entendido, en Israel no había muerto una sola persona por los misiles lanzados por Hamás. Tal vez me olvido de una o dos personas, pero realmente no aparecieron en los medios. Ahora con este motivo Israel bombardea e invade, matando e hiriendo a cientos. Me hace acordar a cuando los nazis o los Camisas Negras de Mussolini mataban a 10 o 20 personas por cada soldado muerto en un atentado de la Resistencia. Más que defensa, es retaliación, simple y clara, con la suciedad que trae aparejada el no respetar realmente al otro, el dejarlo por menos que humano, al no comprender siquiera que es tan humano como tú, y el día de mañana alegremente te hará lo mismo.

O tal vez es justamente eso. Si los mato a todos, ninguno me podrá matar a mí. Pero que lo digan y se dejen de hipocrecías.

Para más datos.

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