martes, septiembre 22, 2009

Secreto recursivo

A veces las ansias de mantener un avance tecnológico fuera del alcance del oído enemigo es algo exagerado, y en la Segunda Guerra Mundial los ejemplos abundaron de uno y otro lado. El caso del radar es uno de los más curiosos, como comentó en su momento el encargado de una estación inglesa:

"La bateria antiaérea que mandé en los primeros días de la 2ª guerra Mundial estaba equipada con radar, que entonces estaba en su infancia y clasificado como alto secreto. Efectivamente, era asunto tan reservado que en la conversación nos estaba prohibido referirnos al radar por su nombre. En plena Batalla de Inglaterra, un enlace motorista fue a buscarme para darme un paquete marcado "Alto Secreto". Entré en mi oficina para leer el vital despacho en privado. Tuve que romper no menos de 5 sobres hasta llegar por fin a una hoja pequeña de papel que decía: "Alto Secreto: la palabra radar ya no es secreta".

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