domingo, diciembre 20, 2009

Guerra mundial, en todo el sentido

La Segunda Guerra Mundial lo fue en todo sentido, lo solamente porque tuvo lugar en todos los continentes, sino porque los que pelearon en ella provenían de todas partes, incluso de países que no estaban en guerra o participaban de diversos bandos.

Un ejemplo lo podemos ver en el XV Grupo de Ejército Aliado que operó en Italia; Segun su Alto Mando, "era una Babel". Y no era para menos: tal vez haya sido el frente con soldados de más nacionalidades y etnias de todas las guerras, modernas y antiguas. Esto planteaba, inevitablemente, frecuentes y problemáticas dificultades en la logística: traductores, comida, aprovisionamiento, organización, etc. Entre sus efectivos se encontraban:
  • estadounidenses, algunos descendientes de inmigrantes italianos y japoneses (llamados nisei, agrupados en una formación especial ya que se temía por su actuación a causa de su origen; su envío a Italia era justamente para evitar que lucharan en el Pacífico);
  • franceses, que luego pasaron a la lucha en su misma patria;
  • brasileros, pertenecientes a la 1º división de la Fuerza Expedicionaria Brasilera. El general Clark comenta que "nos había resultado extraordinariamente difícil encontrar intérpretes de habla portuguesa para los tanquistas que debían apoyar a unidades brasileras en acción";
  • efectivos de las Islas Británicas, entre ellos batallones escoceses, irlandeses (que pidieron, el día de San Patricio, que un avión especial les trajera de su patria una comida tradicional) y británicos;
  • italianos pertenecientes a pelotones de partisanos o del ejército regular, ya que a partir de 1943 Italia estaba de parte de los Aliados;
  • griegos;
  • canadienses pertenecientes a toda la geografía de dicho país, algunos hablando inglés y otros francés;
  • sudafricanos, tanto de origen occidental como nativos, representados entre otros por los "Springboks" del Mariscal Smuts, el Batallón de Servicios Especiales de la 6º División Blindada Sudamericana que dejaron sus tanques y combatieron a pie;
  • polacos pertenecientes al 2º Cuerpo Polaco, con parientes en EEUU y que se hicieron famosos al conquistar las alturas de Monte Cassino (entre los cuales se encontraba un oso que era su mascota y combatía con ellos, lo cual da lugara una historia más larga);
  • judíos de Palestina;
  • marroquíes y argelinos de las colonias francesas, que aunque lucharon con gran valor e ingenio, trajeron no pocos problemas de logística;
  • neozelandeces;
  • indios de multitud de etnias reclutadas por los británicos en esa colonia, incluyendo sikhs, maharattas, madrasis, jats, rapjuts, punjabíes, pathanes, baluchis y gurkhas de Nepal; sus religiones y alimentación trajeron no pocos problemas. Los hindúes no podían comer carne de vaca, que consideran sagrada, y los de fe musulmana no podían comer carne de cerdo. A causa de esto, el Octavo Ejército Británico tenía que llevar un rebaño de cabras detrás suyo para alimentarlos a todos por igual.
Por otra parte, había en servicio numerosos cuerpos femeninos de enfermeras y auxiliares, con mujeres estadounidenses, inglesas, sudafricanas y canadienses. Los hospitales tenían que tener multitud de intérpretes y ser capaces de abastecer de alimentos, ropa, medicamentos y demás sin romper ninguna regla cultural. "Hubo un gran revuelo cuando los enfermos árabes franceses se negaron a usar pijamas, usando los pantalones como turbantes", recuerda Clark.

En el otro extremo, los países del Eje tampoco quedaron a la saga. El ejército de la Alemania nazi, presunto representante de la superioridad de la raza aria, se convirtió a lo largo de la guerra en una torre de Babel, al igual que pasó con los Aliados. La necesidad extrema de mano de obra y de soldados los llevó a aceptar en sus filas a soldados capturados, rusos que detestaban el comunismo, y otras nacionalidades que querían luchar en sus filas por muchos y diversos motivos. Combatieron del lado alemán franceses, croatas, rusos, letones, lituanos, tártaros, norteafricanos, turcomanos, chechenos, e incluso se dice que indios (probablemente capturados de divisiones inglesas en la India, aunque su número fue muy escaso).

Incluso las máximas representantes de los ideales nacionalsocialistas, las SS, admitieron en sus filas a belgas, daneses, holandeses, noruegos, españoles, franceses... y a auxiliares del este de Europa. Esto hizo que, curiosamente, hubiera franceses defendiendo Berlín en la última batalla.

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